Gottlob
1893
Lucecita Ángel
Se echa de menos en su cristología la sugerencia de un empalme entre el Jesús de Nazaret que merece un seguimiento de fe y el Cristo que subyace en la racionalidad del cosmos, el Cristo que urge en creyentes y no creyentes, en oprimidos y opresores, esfuerzos de inteligencia por inventar un mundo mejor. No podemos olvidar que el Dios salvador es el Dios creador, que es uno y el mismo Dios el que …Más
Se echa de menos en su cristología la sugerencia de un empalme entre el Jesús de Nazaret que merece un seguimiento de fe y el Cristo que subyace en la racionalidad del cosmos, el Cristo que urge en creyentes y no creyentes, en oprimidos y opresores, esfuerzos de inteligencia por inventar un mundo mejor. No podemos olvidar que el Dios salvador es el Dios creador, que es uno y el mismo Dios el que nos libera y nos mueve a inventar la liberación. En la cristología de Sobrino no se da un predominio del Jesús histórico sobre el Cristo de la fe, sino una concepción del Cristo de la fe restringida a un modo de entender la figura histórica de Jesús y de su liberación que, sin embargo, no interactúa suficientemente con el Logos inmanente al resto de la humanidad y que también de ella pide un compromiso de transformación de la historia humana. Paradójicamente, cabe aquí el peligro de recaer en la espiritualización de la salvación que se combate. Si de liberación histórica se trata, preciso es recurrir al Dios que por Cristo salva a través de la fe y de la razón.