
La iglesia está actualmente en ruinas después que fuera dañada por terremotos en el 2010 y en el 2011.
Entre sus tesoros hay un órgano centenario del siglo XIX, vitrales y un Via Crucis.
Entre los que urgen a la diócesis se encuentran la alcaldesa sindicalista de Christchurch, Lianne Dalziel, y el diputado de Christchurch, Duncan Webb, hijo de un pastor evangélico. Los defensores del patrimonio están explorando opciones legales para evitar la demolición del glorioso edificio.
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