Benedicto XVI comenzó a trabajar en su texto sobre abusos sexuales en setiembre de 2018, inmediatamente después que se anunció la cumbre sobre abusos en el Vaticano.
Según el diario Corriere della Sera, el documento fue entregado al secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin. Francisco quiso utilizarlo como contribución para la cumbre.
Sin embargo, Parolin dejó el texto en el cajón, porque temía que cambiara [el rumbo de] la discusión en la cumbre, escribe Grzegorz Górny en el sitio web wpolityce.pl.
Parolin planeó censurar al “clericalismo” por los abusos sexuales, mientras que Benedicto encuentra sus raíces en la revolución sexual de los años ’60, que abiertamente abogaba por la rehabilitación de la homosexualidad y de la pedofilia.
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