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Padre Bergoglio – no apto para ser obispo

El explosivo libro “El Papa dictador” de Marcantonio Colonna conoce la evaluación que el padre Bergoglio recibió del entonces superior general de la Compañía de Jesús, el padre Peter Hans Kolvenbach …More
El explosivo libro “El Papa dictador” de Marcantonio Colonna conoce la evaluación que el padre Bergoglio recibió del entonces superior general de la Compañía de Jesús, el padre Peter Hans Kolvenbach (+2016), cuando pidió una dispensa de la regla que prohíbe a los jesuitas ser obispos.
Según Colonna, el padre Kolvenbach acusó a Bergoglio de una serie de defectos, que iban desde el uso habitual de lenguaje vulgar hasta la tortuosidad, la desobediencia encubierta bajo una máscara de humildad y la falta de equilibrio psicológico.
Respecto a su idoneidad como futuro obispo, Kolvenbach señaló que (Bergoglio) había sido una figura divisiva como provincial de los jesuitas. Bergoglio fue visto, en ese momento, como campeón del conservadurismo católico, en un modo similar al de Juan Pablo II. Pero también tenía la costumbre de afirmar cosas diametralmente opuestas de un día para otro.
Imagen: Jorge Bergoglio, © Aibdescalzo, wikicommons, CC BY-SA, #newsOnarcpclsm
EDGARIUS
Como dijo Galileo Galilei "Y sin embargo se mueve" El es el Papa, lo demás es lo de menos. Lo que digan algunos cuantos histéricos no mueve los hechos ni una sola coma. Ahora resulta que la mas de la centuria de ancianos cardenales electores, y sobre todo el Espíritu Santo no eligieron bien. Y estos cuantos contras que se han constituido a si mismos en inquisidores gozan de una clarividencia que …More
Como dijo Galileo Galilei "Y sin embargo se mueve" El es el Papa, lo demás es lo de menos. Lo que digan algunos cuantos histéricos no mueve los hechos ni una sola coma. Ahora resulta que la mas de la centuria de ancianos cardenales electores, y sobre todo el Espíritu Santo no eligieron bien. Y estos cuantos contras que se han constituido a si mismos en inquisidores gozan de una clarividencia que está muy por encima del cuerpo cordenalicio y del Santo Espíritu, no cabe duda que la ignorancia es atrevida y ridícula a la vez.