Ana Luisa M.R
1354

Carta de San Ignacio de Antioquia cuando era llevado en cadenas a Roma para ser martirizado

(1ERA VEZ QUE SE LE LLAMA "CATOLICA" A LA IGLESIA, EN EL AÑO 107 D.C.) Sn. Ignacio de Antioquía (35-107 A.D.), un Padre Apostólico de la Iglesia y Obispo de Antioquía, escribí la siguiente carta cuando …More
(1ERA VEZ QUE SE LE LLAMA "CATOLICA" A LA IGLESIA, EN EL AÑO 107 D.C.)
Sn. Ignacio de Antioquía (35-107 A.D.), un Padre Apostólico de la Iglesia y Obispo de Antioquía, escribí la siguiente carta cuando era llevado en cadenas a Roma para ser martirizado.
Ignacio, por sobrenombre Teóforo, es decir, Portador de Dios, a la Iglesia de Dios Padre y del amado Jesucristo establecida en Esmirna de Asia, la que ha alcanzado toda clase de dones por la misericordia de Dios la que está colmada de fe y de caridad y a la cual no falta gracia alguna, la que es amadísima de Dios y portadora de santidad: mi más cordial saludo en espíritu irreprochable y en la palabra de Dios.
1. Doy gracias a Jesucristo Dios, por haberos otorgado tan gran sabiduría; he podido ver, en efecto, cómo os mantenéis estables e inconmovibles en vuestra fe, como si estuvierais clavados en cuerpo y alma a la cruz del Señor Jesucristo, y cómo os mantenéis firmes en la caridad por la sangre de Cristo' creyendo con fe plena y firme …More
Ana Luisa M.R
8. Seguid todos al obispo, como Jesucristo al Padre, y al colegio de ancianos (presbiteros) como a los Apóstoles. En cuanto a los diáconos, reverenciadlos como al mandamiento de Dios. Que nadie sin el obispo haga nada de lo que atañe a la Iglesia. Sólo aquella Eucaristía ha de ser tenida por válida que se hace por el obispo o por quien tiene autorización de él. Dondequiera que aparece el obispo …More
8. Seguid todos al obispo, como Jesucristo al Padre, y al colegio de ancianos (presbiteros) como a los Apóstoles. En cuanto a los diáconos, reverenciadlos como al mandamiento de Dios. Que nadie sin el obispo haga nada de lo que atañe a la Iglesia. Sólo aquella Eucaristía ha de ser tenida por válida que se hace por el obispo o por quien tiene autorización de él. Dondequiera que aparece el obispo, acuda allí el pueblo, así como dondequiera que esté Jesucristo, allí está la Iglesia Católica. No es lícito celebrar el bautismo o la eucaristía sin el obispo, pero lo que él aprobare,
eso es también lo agradable a Dios, a fin de que todo cuanto hagáis sea firme y válido.