En la búsqueda estéril de Emanuela Orlandi, quien desapareció en 1983, el Vaticano estuvo de acuerdo con el ridículo pedido para abrir dos tumbas del sigo XIX, que resultaron estar totalmente vacías.
Éste fue solamente el comienzo de la comedia. El 15 de julio, el sitio web IlFattoQuotidiano.it calificó las tumbas vacías como “un nuevo misterio”. Y: “si el Vaticano permitió esto, sabían que no se encontraría nada”.
John Allen cita a un camarero romano: “Obviamente, ellos las limpiaron antes de la inspección” (CruxNow.com, 14 de julio). Allen comenta: “Ellos dan demasiado crédito al personal vaticano”.
Laura Sgrò, la abogada de la familia Orlandi, avanzó un paso más: “Los cuerpos que hay que encontrar ahora son tres”, presumió triunfante.
Esto es como en el fraude de los abusos: Más obedece el Vaticano los pedidos del mundo, más es acusado de obrar mal. El Vaticano parece incapaz de aprender la lección.
Imagen: Emanuela Orlandi, #newsLpkrhbahzu