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Las Puertas del Infierno no prevalecerán contra la Iglesia Católica. Profecías Bíblicas sobre El Papa Francisco. ¿Quiso Cristo que una sola persona dirigiera su Iglesia a nivel mundial? Si, por eso …More
Las Puertas del Infierno no prevalecerán contra la Iglesia Católica. Profecías Bíblicas sobre El Papa Francisco.
¿Quiso Cristo que una sola persona dirigiera su Iglesia a nivel mundial?
Si, por eso Jesucristo designó a San Pedro, para dirigir su única Iglesia, a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existirá mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: “... Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» que quiere decir, Piedra". (Juan 1,42).
Y luego ante una pregunta de Jesús y frente a las diferentes opiniones sobre su personalidad, Simón fue el único discípulo que dio su personal opinión: “Tu eres el Mesías” y ante su primera respuesta infalible por revelación de Dios Padre, Jesús otorga ese rango especial: “Y yo a mi vez te digo que tú eres (Cefas) Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella …More
Mensajero Mariano
¿La Santa Biblia es de interpretación Personal?
La Palabra de Dios no es de interpretación individual. Solo los apóstoles de Cristo y sus continuos sucesores, que han guardado el depósito de la tradición oral, sin interrupción (de generación en generación), están autorizados a interpretar la sagrada Biblia a la luz del Espíritu Santo y de acuerdo a los signos de los tiempos. Por eso San Pedro …More
¿La Santa Biblia es de interpretación Personal?

La Palabra de Dios no es de interpretación individual. Solo los apóstoles de Cristo y sus continuos sucesores, que han guardado el depósito de la tradición oral, sin interrupción (de generación en generación), están autorizados a interpretar la sagrada Biblia a la luz del Espíritu Santo y de acuerdo a los signos de los tiempos. Por eso San Pedro, nuestro primer Papa nos dice: "Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios". (II Pedro 1,20-21).

La errada idea de la libre interpretación personal de la Biblia, tan promocionada por Martín Lutero, y tan difundida por el protestantismo, es la causa principal de las divisiones entre las comunidades surgidas en la reforma protestante (cf I Timoteo 1,6); pues cada vez que se les ocurre a alguien una nueva (o torcida) interpretación de algún pasaje bíblico; aparece una nueva secta, esa es la principal causa que no exista la unidad (tan requerida por Cristo en Juan 17,11-23), por esas interpretaciones particulares es que surgen, cada día, nuevas sectas o novedosas denominaciones (contradictorias entre sí) y nuevas fracturas entre los protestantes. Lamentablemente seguirán dividiéndose, mientras no exista en ellas, la analogía de la fe, tan requerida en Rom 12,4-16. Por “analogía de la fe” entendemos la cohesión de las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación. Es decir, las verdades reveladas, se complementan y tienen que tener coherencia con el plan de Dios (I Timoteo 1,3-5; Eclesiastés 3,11-16).

Respaldados en las Cartas de San Pedro, para los Católicos, “...La interpretación de la Escritura, queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió de Dios el encargo y el oficio de conservar e interpretar la Palabra de Dios” (CIC # 119).

¿La Biblia es la única autoridad de fe?

Sabiendo que Jesús de Nazaret, fundo su única y suficiente Iglesia, sobre sus doce Apóstoles y les dejó a ellos todo Poder y Autoridad (Lucas 9,1; Mateo 10,40), nos damos cuenta que la Biblia no es la única autoridad de fe, porque el Magisterio de la Iglesia (Mateo 28,20; II Pedro 1,20-21), junto a la Biblia (Mateo 7,26-27; II Timoteo3,16- 4,4; Santiago 1,21-27.) y la Tradición Oral (cf Tes 2,15; Cor 11,2) son las principales autoridades que Jesús instituyó.

Primeramente Jesucristo invistió de poder y autoridad a Pedro y a los apóstoles (Marcos 3,16; Lucas 10,18-20), y a sus sucesores los obispos y presbíteros (cf Hechos 15,22) , la Iglesia existió antes que el Nuevo Testamento se escribiera, de hecho, los miembros de la Iglesia son quienes cumple la misión de escribir, reunir y canonizar las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento.

Junto a la Biblia (tradición escrita) es importante la tradición oral, como lo dice la Palabra, son los fundamentos de la fe cristiana: "Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta" (II Tes 2,15) . San Juan nos relata que: "Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Éstas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Juan 20,30-31). Y luego añade: "Aunque tengo mucho que escribirles, prefiero no hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a verles y hablarles de viva voz, para que nuestro gozo sea completo" (II Juan 0,12).

Como hemos analizado, es mucho lo que Cristo y sus discípulos indicaron solo a viva voz (cf Juan 21,25), y San Pablo en II Tes 2,15 y en II Tim 1,13-14 se nos manda a guardar, creer y practicar esas orientaciones a viva voz (a eso llamamos la tradición cristiana), que la Iglesia ha mantenido, de generación en generación, y está recopilada en escritos de los primeros discípulos de los apóstoles, y en la liturgia.

En algunas traducciones de la Biblia, que usan los protestantes, no siempre traducen el vocablo griego " Paradosis" como correctamente corresponde "Tradición" sino que en los pasajes que se condena alguna tradición por ser contraria a la fe, si la traducen bien (Tradición), pero cuando en un pasaje bíblico se habla de las buenas tradiciones cristianas que debemos guardar, traducen el mismos vocablo " Paradosis" como "instrucción" o "doctrina", lo cual cambia y tuerce el sentido de la Escritura, siendo que en griego (el lenguaje de N.T) instrucción se escribe "paideia" y doctrina se escribe: didace, didescalia, o eterodidaskaleo, ninguna de ellas sinónimo de (tradición). Los mismos Sectarios en sus primeras versiones de la reina-Valera traducían: "Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mi y conservais las Tradiciones (Paradosis) tal como os la he transmitido" (1 Corintios 11,2). Otras citas, para profundizar el tema de la tradición, son: I Cor 11,23; II Tes 3,6; Fil 4,9; I Tim 6,20; II Tim 2,2; II Juan 0,12 y III Juan 0,14.

La Iglesia Católica, es custodia del deposito de la fe (oral y escrita) y ambas tradiciones son muy importantes para poder entender la voluntad de Dios. Por ejemplo la Iglesia ha entendido el Antiguo Testamento según las interpretaciones que Jesús dejo a sus discípulos, gracias a la tradición oral, ya que el evangelio no cuenta que fue lo que dijo textualmente, pero respalda la enseñanza de la Iglesia aludiendo que fue directamente Cristo quién nos lo develó: "Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras" (Lucas 24,27). Y los discípulos desde un principio valoraron tanto las Escrituras, como el testimonio de lo que vieron y oyeron: "Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hechos 4,19-20).

Los Apóstoles nos enseñan que junto a la Escritura van la doctrina y la pedagogía pues la Iglesia es Maestra de la Palabra: "Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para convencer, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena. Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas" (II Tim 3,16- 4,4). En esto consiste el Magisterio de la Iglesia, en que Dios nos encargo la misión de enseñar: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,19-20). Por esto San Pablo alaba a quienes guardan las tradiciones que son conforme a la enseñanza de los apóstoles (cf I Cor 11,2) es decir a los que estamos en comunión con el magisterio de la Iglesia.

¿Quiso Cristo que una sola persona dirigiera su Iglesia a nivel mundial?

Si, por eso Jesucristo designó a San Pedro, para dirigir su única Iglesia, a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existirá mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: “... Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» que quiere decir, Piedra". (Juan 1,42).

Y luego ante una pregunta de Jesús y frente a las diferentes opiniones sobre su personalidad, Simón fue el único discípulo que dio su personal opinión: “Tu eres el Mesías” y ante su primera respuesta infalible por revelación de Dios Padre, Jesús otorga ese rango especial: “Y yo a mi vez te digo que tú eres (Cefas) Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. (Mateo 16,18-19). “Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” ( Marcos 16,15).

El nombre de Pedro antes de encontrarse con Jesús era Simón Bar-Jona hijo de Jonás, era un rudo y sencillo pescador del lago de Genesaret, que vivía con su mujer y su suegra en la aldea de Betsaida en la región de Galilea. Pedro junto con su hermano Andrés seguidor de Juan el Bautista, y sus amigos y compañeros de trabajo Santiago el mayor y Juan el discípulo amado, se encontraron entre los primeros apóstoles de Cristo Jesús, quien le cambió su nombre por Pedro, Kefa en arameo o Cefas en griego, que quiere decir "piedra" o "roca" (Juan 1,40-42); invitándolo a hacer desde entonces "pescador de hombres"(Lucas 5,10).

Pedro siempre encabeza la lista de los doce apóstoles del Señor (cf Mateo 10,2; Marcos 3,16; Lucas 6,14; Hechos 1,13), él mismo se nombra como "siervo y apóstol de Jesucristo" (2Pedro 1,1) "testigo de los sufrimientos de Cristo" (1Pedro 5,1), aparece como el portavoz de los apóstoles ( Mateo 18,21-22; Marcos 10,28), A él lo interrogan los que cobraban impuestos para el templo (Mateo 17,24-27); además Pedro, al lado de Santiago y Juan, fueron los tres discípulos más cercanos al Salvador, y estuvieron presentes en la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5,37), en la transfiguración en el monte Tabor (Marcos 9,2); ellos tres con Andrés lo interrogan en el monte de los Olivos, sobre las señales antes del fin (Marcos 13,3-4). Son también Pedro y Juan los encargados de preparar la "Ultima Cena" (Lucas 22,7-8), y nuevamente los tres son llamados por el Mesías a permanecer vigilantes, mientras él hace oración en el Getsemaní (Marcos 14,32-33). "Por eso, Santiago, Pedro y Juan...eran tenidos como columnas de la Iglesia…" (Gálatas 2,9).

El amor y la confianza de Pedro a su Divino Maestro, se vio probado cuando empieza a caminar sobre las agua para salir a su encuentro (Mateo 14,25-31); ante el abandono de los judíos que no creían que Cristo era el verdadero "pan bajado del cielo", es Pedro quien reconoce que solo él tiene "palabras de vida eterna" (cf Juan 6,68); en un acto de valor momentáneo tiene el coraje de decir que iría por su Señor a la cárcel y hasta la muerte (Lucas 22,33); el arrojo al cortarle la oreja a Malco, cuando lo van a apresar en la noche del Jueves Santo (Juan 18,10). Asimismo, después de la resurrección se encontraba pescando en el lago de Tiberias, en compañía de otros apóstoles, y aparece Jesús en la orilla, entonces “Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua” (Juan 21,7) Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. (Juan 21:15-17)

El pasaje bíblico más contundente que demuestra la importancia de Pedro, lo encontramos en Mateo 16,13-19; cuando el Unigénito de Dios en la región de Cesarea de Filipo, les pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"; ante la confusión de los demás, Pedro contesta acertadamente "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente" (comparar con Marcos 8,27-29; Lucas 9,18-20). No obstante, no era la primera vez que uno de los doce reconocía la naturaleza y misión divina de Jesucristo; pues al principio de su ministerio, Natanael (o Bartolomé) también le dijo: "Maestro ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!" (Juan 1,49). Igual respuesta encontramos en otra ocasión de los demás discípulos: "!En verdad tú eres el Hijo de Dios!" (Mateo14,33). Pero solamente a Simón Pedro, Cristo Jesús le dice que su declaración no viene de los hombres sino de Dios Padre que está en el cielo (Mateo 16,17). Seguidamente Jesús agrega: "Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla"(Mateo 18). En este punto hay que aclarar que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Pedro, sino de Cristo representado en el apóstol, ya que el Santo de Dios es el "pastor principal" (1Pedro 5,4). Por último, el Mesías le da plena autoridad, bajo el símbolo de las "llaves del reino de los cielos" (cf Mateo 16,19; Apocalipsis 3,7), de "atar y desatar en la tierra y en el cielo". Es decir, que Dios da por bueno y aprobado lo que Pedro haga con su Iglesia en el mundo.

¿Existe alguna profecía en el Antiguo Testamento que confirme, la Misión del Universal de San Pedro y sus Sucesores?

Si, la Biblia confirma las tareas y todos los Títulos que se le dan a los sucesores de Pedro, en el Primado Universal del verdadero Nuevo Pueblo de Dios, las siguientes citas sirven de contexto a las Palabras de Jesús sobre Pedro en el evangelio. "Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un Padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá” (Isaías 22,21-22). “Y vosotros seréis llamados «Sacerdotes de Yahveh», «Ministros de nuestro Dios» se os llamará. La riqueza de las naciones comeréis y en su gloria les sucederéis” (Isaías 61,6). “Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Yahveh Sebaot.” (Malaquías 1, 11).

¿
Cuál es el Origen del Papado?

El origen es la voluntad de Jesucristo, que instituyó la dirección de su Iglesia, sobre la base de San Pedro, a quien le dio a autoridad para gobernarla en su nombre, por eso a Pedro y a sus sucesores se les llama: Vicario de Cristo. El Papa, como sucesor de Pedro, es garante del deposito de la fe, la tradición escrita y oral, porque recibe de Jesucristo el poder y la misión de ser Pastor de la Iglesia Universal: “Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro” (Marcos 3,16). Y Jesucristo le dice: “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades (Infierno) no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.” (Mt 16:18-19). Solo Pedro recibe la misión de confirmar en la fe a los discípulos, misión que va acompañada de la asistencia de Cristo: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.» (Lucas 22,31-32).

El origen del Papado es la voluntad de Jesús, que entre todos sus seguidores solo a Pedro le otorga el poder y la misión de apacentar su Iglesia …Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas”. (Juan 21,17). Y a sus escogidos apóstoles les añade: «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» (Lucas 10,16).

¿
Porque la Iglesia Católica llama “Santo Padre” o “Papa” al Obispo de Roma ?

Porque Simón llamado Cefas que quiere decir, "Piedra", a quien Jesús designó como primer Papa de su Iglesia, instituyó en Roma su sede (1 Pe 5,13), siendo el primer Obispo de Roma, desde donde dirigió la Iglesia Católica, que significa Universal, hasta que fue crucificado en la misma ciudad de Roma, como lo había profetizado Cristo (cf Juan 21,18-19) y donde fue sepultado, en el lugar que el Imperio Romano denominaba el “Colina Vaticano”, donde los primeros discípulos de Cristo, edificaron años después la Basílica de “San Pedro”, y desde donde se ha dirigido la Iglesia de Cristo, pues ininterrumpidamente el Obispo de Roma, desde hace 2000 años ha sucedido en el cargo y en sus funciones a Pedro, como cabeza visible de la Iglesia en el tierra. Los Católicos lo llamamos: Padre, porque reconocemos en el Papa, el cumplimiento de la profecía de Isaías, que dijo que a quién se le entregaran las llaves del reino, sería llamado “Padre” (cf Isaías 22,21-22). Además llamamos Padre a nuestros Sacerdotes, porque son representantes de Dios ante nosotros, y como decía San Pablo a Filemón, ellos nos engendran a una vida en Cristo (cf Flm 0,10), y a los mismos apóstoles en el Nuevo Testamento hablan muchas veces de su paternidad espiritual sobre sus discípulos, y en las cartas muchas veces llaman hijos a sus seguidores (cf 1Jn 3,18; Tito 1,4; 1Ti 1,2; 2Ti 1,2).

¿Quienes son los "Testigo de Jehová"?

Existe una secta con terribles errores que se hacen llamar Testigo de Jehová, pero niegan la divinidad de Jesucristo, niegan la existencia del Espíritu Santo, falsifican las frases bíblicas, y se guían por interpretaciones caprichosas de esas poco confiables, traducciones adulteradas de la Biblia que utilizan. Cosa mala es hacerle caso a una de las peores sectas que han salido de USA y que han manipulado groseramente la Biblia en más de 345 versículos y se han equivocado más de 8 veces en profetizar el fin del mundo. A esta abominable secta el Señor les responde: “El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. «Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro” (Mateo 12,30-32). Eso Testigos de Jehová, ni siquiera puede considerarse una secta cristiana, por negar todos los dogmas de fe del cristianismo, y los sacramentos que Jesús instituyó. La Palabra nos advierte que debemos tener cuidado con estos falsos profetas: "Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo" (Judas 0,4). De los cuales nos alerta la Palabra que debemos estar atentos y vigilantes, como lo advierte el Señor: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos" (Mateo 7,15-17).

La Biblia habla claramente de la divinidad de Cristo, dice que Jesús merece la misma adoración que se le rinde a Dios Padre: “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado” (Juan 5,23). Jesús nos revela que quién no cree en el Hijo enviado, no conoce al Padre, ni puede dar testimonio de Él (Juan 5,37) en las Sagradas Escrituras Dios revela que es Padre, Hijo y Espíritu Santo (cf Mt 28,19; Jn 15,26; II Cor 13,13; I Pe 1,2; I Jn 5,7) ¿Qué valor puede tener el testimonio de quienes no creen el la Biblia? ¿Sí dicen creer en la Biblia porque niegan todas estás cosas importantes que están en Ella?. En realidad los partidarios de esa secta, no son testigos del Padre, el Testigo verás del Padre, es su Unigénito Jesucristo, que dijo: “Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Lucas 10,22). Los Apóstoles de Jesús sus discípulos y nosotros sus sucesores y herederos auténticos, somos los verdaderos testigos e hijos de Yahveh: “A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado” (Juan 1,18). Porque afirma el Maestro: “Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto” (Juan 14,7).

91. ¿Quienes niega la Divinidad de Jesucristo pueden servir a Dios Padre?

La Buena Nueva nos revela que la misma adoración que debemos a Dios Padre Yahveh, le debemos a su unigénito Jesucristo: “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado” (Juan 5,23) “Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo” (Juan 5,26).

Alguno que niegue la trilogía de Dios revelada por Cristo mismo en el Evangelio, no puede ser testigo valido del Padre de nuestro Señor Jesús: “Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de ” (Juan 15,26).

El Capítulo cinco de San Juan nos describe la obra del Hijo único de Dios, Jesús de Nazaret dijo: “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10,30), la Biblia nos enseña que la adoración va dirigida única y exclusivamente a Dios (cf Lucas 4,8) y Jesús recibió la adoración de los Reyes Magos (Mateo 2,11), de las mujeres que le seguían (Mateo 28,9), de sus discípulos (cf Juan 20,28; Lucas 24,52; Mateo 28,17) y de hasta los ángeles del cielo deben adorarlo (Hebreos 1,6), lo que demuestra que Jesús es el Dios, Él fue muy claro en afirmar: “...El que me rechaza a mi, rechaza al que me ha enviado” (Lucas 10,16) “El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama” (Lucas 11,23) “El que me odia a mí, también odia a mi Padre” (Juan 15,25). San Juan nos dice que todo el que niega que Dios vino en carne es del bando del anticristo, y aclara que quienes niegan la divinidad de Jesús, niegan a Dios Padre "Yahveh" que lo envió: "¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre" (I Juan 2,22-24).

¿El hablar en Lenguas es la única Señal de haber recibido el Espíritu Santo?

El don de “hablar en leguas” es un carisma del Espíritu Santo, para edificación personal (I Cor 14,4) y sí va acompañado con el don de discernimiento o interpretación de lenguas, sirve para provecho de toda la comunidad de creyentes (I Cor 14,5), es una señal para quienes no creen (I Cor 14,22), es uno de muchos dones espirituales que puede derramar en nosotros el Espíritu de Dios, es una manifestación carismática, entre una gran diversidad de dones que pueden manifestar en las personas que han recibido al Espíritu Santo, pero no es la única evidencia, ni siquiera la más importante señal de haber recibido el Espíritu de Dios, por eso San Pablo nos escribe: “Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me faltara amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el Don de profecía y descubriera todos los misterios, el saber más elevado, aunque tuviera tanta fe como para trasladar los montes, si me falta el amor no soy nada” (I Cor 13,1-2). El Espíritu de Santo nos regala diferentes dones, carismas y frutos, todos esos regalos los reparte dentro de la Iglesia, a quién quiere: “Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas” (I Corintios 12,8-10) “Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad” (I Corintios 12,11).

Algunas pequeñas y serradas sectas llegan a afirmar que la única evidencia de tener el Espíritu Santo, es el hablar en lenguas, pero en la Biblia no es así, por ejemplo: Santa Isabel y Zacarías padres de Juan el Bautista cuando estaban llenos del Espíritu Santo ¿Hablaron en lenguas? “Y aconteció que cuando oyó Isabel la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Isabel fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz: Bendita tú entre las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre” (Lucas 1,41), y Zacarías, lleno del Espíritu Santo, empezó a recitar versos proféticos (cf Lucas 1,67-79) en lugar de hablar en lenguas, además la Biblia no menciona que Jesús halla “hablado en Leguas” ¿Puede ser hablar en lenguas la única evidencia de que entonces? ¿Puede ser de este modo tan caprichoso la evidencia de la presencia del Espíritu Santo en nosotros? La Biblia responde: “Pero teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía, ejerzámoslo en la medida de nuestra fe” (Romanos 12,6). “Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas” (I Corintios 12,28), no todo el que recibe el Espíritu Santo recibe el Don del Lenguas, sino dones distintos para cada uno, por eso San Pablo en los versos siguientes (29-30) pregunta ¿Son todos Apóstoles o todos profetas? ¿Pueden hacer todos milagros? ¿Hablan todos en lenguas?.

La evidencia principal de ser discípulos de Jesús es la fe con obras (Stgo 2,14-18), la esperanza sin limites (I Cor 13,7) y sobre todo el amor a Dios sobre todas la cosas y al prójimo como a nosotros mismo (Mateo 22,37-40 ), por eso Jesús nos repite: “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos” (Mateo 7,16-17). Sí tenemos al Espíritu de Dios y somos hijos de la Luz tendremos los frutos del Espíritu Santo que son: Caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo (cf Gal 5,22), los frutos de la luz, a saber: Bondad justicia y verdad (Efesios 5,9) y los frutos de la sabiduría: Modestia, conducta noble, paz, rectitud, comprensión, moderación, indulgencia, imparcialidad, autenticidad y buenas obras, en todo lo bueno (cf Sant 3,13-18), y el Evangelio nos da esta señal: “Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras” (Mateo 7,20).