19:36
PAPA FRANCISCO -EL PAPA DEL TRIUNFO DEL INMACULADO CORAZÓN. PAPA FRANCISCO -EL PAPA DE LA ERA MARIANA- (Dr.Pablo J. Vivas D.) S.S. FRANCISCO -EL PAPA DE LA ERA MARIANA- (Dr.Pablo J. Vivas D.) El …More
PAPA FRANCISCO -EL PAPA DEL TRIUNFO DEL INMACULADO CORAZÓN.
PAPA FRANCISCO -EL PAPA DE LA ERA MARIANA- (Dr.Pablo J. Vivas D.)
S.S. FRANCISCO -EL PAPA DE LA ERA MARIANA- (Dr.Pablo J. Vivas D.)
El Bienaventurado Papa Francisco, es el Papa formado por el Inmaculado Corazón de Maria, para guiarnos al Reinado de Jesucristo amén
ES IMPOSIBLE CREER Y SALVARSE EN JESUCRISTO FUERA DE LA IGLESIA ES IMPOSIBLE CREER Y SALVARSE EN JESUCRISTO FUERA DE LA IGLESIA -S.S. FRANCISCO- (Dr. Pablo Vivas)
S.S. FRANCISCO I: UN PAPA VALIENTE SIN TEMOR A DECIR LA VERDAD S.S. FRANCISCO I: UN PAPA VALIENTE SIN TEMOR A DECIR LA VERDAD -MARIANO- (Dr. Pablo Vivas)
EL SANTO PADRE S.S. FRANCISCO Y LOS FALSOS PROFETASEL SANTO PADRE S.S. FRANCISCO Y LOS FALSOS PROFETAS (Dr. Pablo J. Vivas D.)
TRATADO DE LA VERDADERA DEVOCIÓN. PREPARACIÓN PARA EL REINADO DE JESUCRISTO www.youtube.com/watch CONFERENCIA DEL PODER DE LOS DOGMAS DE MARÍA SANTÍSIMA (Dr. Pablo J. Vivas D.) www.youtube.com/watch LOS CAMINANTES DE EMAUS Y COMO …More
Mensajero Mariano
Capitulo V: El Obispo de Roma
56. ¿Quiso Cristo que una sola persona dirigiera su Iglesia a nivel mundial?
Si, por eso Jesucristo designó a San Pedro, para dirigir su única Iglesia, a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existirá mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: “... Jesús, fijando su mirada …More
Capitulo V: El Obispo de Roma

56. ¿Quiso Cristo que una sola persona dirigiera su Iglesia a nivel mundial?
Si, por eso Jesucristo designó a San Pedro, para dirigir su única Iglesia, a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existirá mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: “... Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» que quiere decir, Piedra". (Juan 1,42).
Y luego ante una pregunta de Jesús y frente a las diferentes opiniones sobre su personalidad, Simón fue el único discípulo que dio su personal opinión: “Tu eres el Mesías” y ante su primera respuesta infalible por revelación de Dios Padre, Jesús otorga ese rango especial: “Y yo a mi vez te digo que tú eres (Cefas) Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. (Mateo 16,18-19). “Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” ( Marcos 16,15).
El nombre de Pedro antes de encontrarse con Jesús era Simón Bar-Jona hijo de Jonás, era un rudo y sencillo pescador del lago de Genesaret, que vivía con su mujer y su suegra en la aldea de Betsaida en la región de Galilea. Pedro junto con su hermano Andrés seguidor de Juan el Bautista, y sus amigos y compañeros de trabajo Santiago el mayor y Juan el discípulo amado, se encontraron entre los primeros apóstoles de Cristo Jesús, quien le cambió su nombre por Pedro, Kefa en arameo o Cefas en griego, que quiere decir "piedra" o "roca" (Juan 1,40-42); invitándolo a hacer desde entonces "pescador de hombres"(Lucas 5,10).
Pedro siempre encabeza la lista de los doce apóstoles del Señor (cf Mateo 10,2; Marcos 3,16; Lucas 6,14; Hechos 1,13), él mismo se nombra como "siervo y apóstol de Jesucristo" (2Pedro 1,1) "testigo de los sufrimientos de Cristo" (1Pedro 5,1), aparece como el portavoz de los apóstoles ( Mateo 18,21-22; Marcos 10,28), A él lo interrogan los que cobraban impuestos para el templo (Mateo 17,24-27); además Pedro, al lado de Santiago y Juan, fueron los tres discípulos más cercanos al Salvador, y estuvieron presentes en la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5,37), en la transfiguración en el monte Tabor (Marcos 9,2); ellos tres con Andrés lo interrogan en el monte de los Olivos, sobre las señales antes del fin (Marcos 13,3-4). Son también Pedro y Juan los encargados de preparar la "Ultima Cena" (Lucas 22,7-8), y nuevamente los tres son llamados por el Mesías a permanecer vigilantes, mientras él hace oración en el Getsemaní (Marcos 14,32-33). "Por eso, Santiago, Pedro y Juan...eran tenidos como columnas de la Iglesia…" (Gálatas 2,9).
El amor y la confianza de Pedro a su Divino Maestro, se vio probado cuando empieza a caminar sobre las agua para salir a su encuentro (Mateo 14,25-31); ante el abandono de los judíos que no creían que Cristo era el verdadero "pan bajado del cielo", es Pedro quien reconoce que solo él tiene "palabras de vida eterna" (cf Juan 6,68); en un acto de valor momentáneo tiene el coraje de decir que iría por su Señor a la cárcel y hasta la muerte (Lucas 22,33); el arrojo al cortarle la oreja a Malco, cuando lo van a apresar en la noche del Jueves Santo (Juan 18,10). Asimismo, después de la resurrección se encontraba pescando en el lago de Tiberias, en compañía de otros apóstoles, y aparece Jesús en la orilla, entonces “Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua” (Juan 21,7) Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. (Juan 21:15-17)
El pasaje bíblico más contundente que demuestra la importancia de Pedro, lo encontramos en Mateo 16,13-19; cuando el Unigénito de Dios en la región de Cesarea de Filipo, les pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"; ante la confusión de los demás, Pedro contesta acertadamente "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente" (comparar con Marcos 8,27-29; Lucas 9,18-20). No obstante, no era la primera vez que uno de los doce reconocía la naturaleza y misión divina de Jesucristo; pues al principio de su ministerio, Natanael (o Bartolomé) también le dijo: "Maestro ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!" (Juan 1,49). Igual respuesta encontramos en otra ocasión de los demás discípulos: "!En verdad tú eres el Hijo de Dios!" (Mateo14,33). Pero solamente a Simón Pedro, Cristo Jesús le dice que su declaración no viene de los hombres sino de Dios Padre que está en el cielo (Mateo 16,17). Seguidamente Jesús agrega: "Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla"(Mateo 18). En este punto hay que aclarar que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Pedro, sino de Cristo representado en el apóstol, ya que el Santo de Dios es el "pastor principal" (1Pedro 5,4). Por último, el Mesías le da plena autoridad, bajo el símbolo de las "llaves del reino de los cielos" (cf Mateo 16,19; Apocalipsis 3,7), de "atar y desatar en la tierra y en el cielo". Es decir, que Dios da por bueno y aprobado lo que Pedro haga con su Iglesia en el mundo.

57. ¿Existe alguna profecía en el Antiguo Testamento que confirme, la Misión del Universal de San Pedro y sus Sucesores?
Si, la Biblia confirma las tareas y todos los Títulos que se le dan a los sucesores de Pedro, en el Primado Universal del verdadero Nuevo Pueblo de Dios, las siguientes citas sirven de contexto a las Palabras de Jesús sobre Pedro en el evangelio. "Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un Padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá” (Isaías 22,21-22). “Y vosotros seréis llamados «Sacerdotes de Yahveh», «Ministros de nuestro Dios» se os llamará. La riqueza de las naciones comeréis y en su gloria les sucederéis” (Isaías 61,6). “Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Yahveh Sebaot.” (Malaquías 1, 11).

58. ¿Cuál es el Origen del Papado?
El origen es la voluntad de Jesucristo, que instituyó la dirección de su Iglesia, sobre la base de San Pedro, a quien le dio a autoridad para gobernarla en su nombre, por eso a Pedro y a sus sucesores se les llama: Vicario de Cristo. El Papa, como sucesor de Pedro, es garante del deposito de la fe, la tradición escrita y oral, porque recibe de Jesucristo el poder y la misión de ser Pastor de la Iglesia Universal: “Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro” (Marcos 3,16). Y Jesucristo le dice: “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades (Infierno) no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.” (Mt 16:18-19). Solo Pedro recibe la misión de confirmar en la fe a los discípulos, misión que va acompañada de la asistencia de Cristo: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.» (Lucas 22,31-32).
El origen del Papado es la voluntad de Jesús, que entre todos sus seguidores solo a Pedro le otorga el poder y la misión de apacentar su Iglesia …Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas”. (Juan 21,17). Y a sus escogidos apóstoles les añade: «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» (Lucas 10,16).

59. ¿Porque la Iglesia Católica llama “Santo Padre” o “Papa” al Obispo de Roma ?
Porque Simón llamado Cefas que quiere decir, "Piedra", a quien Jesús designó como primer Papa de su Iglesia, instituyó en Roma su sede (1 Pe 5,13), siendo el primer Obispo de Roma, desde donde dirigió la Iglesia Católica, que significa Universal, hasta que fue crucificado en la misma ciudad de Roma, como lo había profetizado Cristo (cf Juan 21,18-19) y donde fue sepultado, en el lugar que el Imperio Romano denominaba el “Colina Vaticano”, donde los primeros discípulos de Cristo, edificaron años después la Basílica de “San Pedro”, y desde donde se ha dirigido la Iglesia de Cristo, pues ininterrumpidamente el Obispo de Roma, desde hace 2000 años ha sucedido en el cargo y en sus funciones a Pedro, como cabeza visible de la Iglesia en el tierra. Los Católicos lo llamamos: Padre, porque reconocemos en el Papa, el cumplimiento de la profecía de Isaías, que dijo que a quién se le entregaran las llaves del reino, sería llamado “Padre” (cf Isaías 22,21-22). Además llamamos Padre a nuestros Sacerdotes, porque son representantes de Dios ante nosotros, y como decía San Pablo a Filemón, ellos nos engendran a una vida en Cristo (cf Flm 0,10), y a los mismos apóstoles en el Nuevo Testamento hablan muchas veces de su paternidad espiritual sobre sus discípulos, y en las cartas muchas veces llaman hijos a sus seguidores (cf 1Jn 3,18; Tito 1,4; 1Ti 1,2; 2Ti 1,2).

60. ¿Es pecado llamar "Padre" a los Obispos o Sacerdotes?
Por su puesto que no es pecado, por el contrario debemos honrar a nuestros padres (cf Lucas 18,20), tanto en el sentido material como espiritual, en la Biblia el profeta Elías es llamado “padre” en sentido espiritual por su discípulo Eliseo (cf II Re 2,12), en ese mismo sentido Jesús y todo el pueblo de Israel llama “padre” a Abraham (cf Lc 16,24), y San Esteban antes de morir martirizado llama “hermanos” al pueblo en general y “padres” a los ancianos y a los patriarcas (Lee Hch 7,2).
Las Sectas, dan cada uno sus propias interpretaciones de la Biblia, aumentando cada vez más sus errores, contracciones y divisiones, por no toman en cuenta aquella severa advertencia que nuestro Primer Papa, que dijo que la Biblia no es de interpretación personal, sino que solo la Iglesia que Jesús fundó, puede interpretarla, inspirados en la plenitud del Espíritu Santo, transmitido, por la imposición de las manos, de generación en generación, desde los apóstoles hasta nuestros días. “Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios” (II Pedro 1:20). Por eso las Sectas Protestantes, dicen que es pecado y nos critican, por la errada interpretación que hacen de un pasaje Bíblico, en que Jesús pidiendo a sus discípulos que sean humildes y les pide que no sean hipócritas como los dirigentes de la secta de los Fariseos que explotan al rebaño, les dice: «Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo" (Mateo 23,8-9). Lo que Jesús condena es que los están en autoridad abusen de poder y la exploten a sus dirigidos, que los manipulen a su antojo o aprovechen su autoridad en perjuicio de los demás o para apropiarse de sus vienes. Además Cristo llamó “padre” a San José, y lo obedeció y honro como relata el evangelio de San Lucas y el propio Jesús al referirse al patriarca Abraham también lo llama "Padre" y continuamente en la Biblia vemos varios ejemplos donde los apóstoles: se llaman “Padres” de sus discípulos (cf Flm 0,8), a los cuales en las cartas apostólicas mucha veces llaman “Hijos míos” (cf 1Jn 3,18; I Tes 2,7), o el propio San Pablo llama a sus discípulos Tito y Timoteo “verdaderos hijos en la fe” (cf Tito 1,4; 1Ti 1,2) por ser San Pablo verdadero “padre” espiritual en la fe para ellos.
Por eso la Santa Biblia, hay que entenderla en el contexto, y no se puede interpretar sino por la Iglesia que Cristo edificó y por medio de quién la Inspiró: “El Espíritu Santo”. La misma Biblia, llama Padres o Patriarcas, a todos los ungidos de Dios, a sus siervos y a los Sacerdotes. Demuestra el error de las sectas, el hecho el mismo “Dios Padre” llama “padre” a los líderes espirituales en toda la Biblia, por ejemplo: “No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido” (Génesis 17,5). Dios en la Biblia no prohibe el uso de títulos o jerarquías, sino el abuso de autoridad, y la falta de humildad, Dios mismo es quién da grandes Títulos a sus siervos: "Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un Padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá”. (Isaías 22,21-22). “Y vosotros seréis llamados «Sacerdotes de Yahveh», «Ministros de nuestro Dios» se os llamará. La riqueza de las naciones comeréis y en su gloria les sucederéis” (Isaías 61,6).

60. ¿Pedro dejó de ser Pasto Universal al negar tres veces a Cristo en su Pasión?
Jesús desde antes de su pasión, predijo estas negaciones de Pedro, y sin embargo le encarga la tarea de confirmar en la fe al resto de los discípulos, con la asistencia especial de su oración: "Dijo también el Señor: - Simón, Simón, mira que Satanás los ha pedido a ustedes para sacudirlos como si fueran trigo; pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes" (Lucas 22,31-32). Pedro quien es el único del grupo de los apóstoles que niega "tres veces" a su Maestro, en el patio de la casa del sumo sacerdote (Lucas 22,34. 54-62); sigue siendo su elegido, y a pesar de que el Señor conocía de antemano su debilidad humana (Lucas 5,8), al confirmarle por "tres veces" que él será el "pastor de sus corderos y de sus ovejas" (cf Juan 21,15-17).
Pedro no perdió su rango, porque el Apóstol Pedro se arrepintió de corazón, y Cristo Resucitado le impuso de penitencia una confesión de amor y lealtad, y junto con el perdón le ratifica ese magisterio pastoral, este lo vemos relatado en el evangelio según San Juan, después de su Resurrección: “Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: “¿Me quieres?” y le dijo: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero”. Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas”. (Juan 21,15-17).

61. ¿Jesucristo otorgó a San Pedro un rango especial?
Si, como ya hemos visto, en todo el Nuevo testamento se nota que Pedro es le líder de los Apóstoles por mandato directo de Dios. Como se lee en el capitulo 16 del evangelio según San Mateo, Cristo le da a Pedro el Primado de la Iglesia, los demás se sujetaron a su autoridad, como vemos a el Domingo de Resurrección, el Señor mando mensajeras: “Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo” (Marcos 16,7) Como vemos en la Biblia, los apóstoles reconocen la primacía de Pedro, así por ejemplo Juan lo deja entrar de primero al sepulcro vació el domingo de resurrección (Juan 20,3-8); igualmente, Pablo manifiesta que Cristo se apareció a Pedro, y luego a los doce (1Corintios 15,5; véase también Lucas 24,34). Después de la ascensión de Jesús, Pedro dirige la Iglesia y es el interprete de la antiguas escrituras (cf Hechos 1,15-26), fue Pedro quien toma la palabra ante los ciento veinte creyentes, en la escogencia de Matías en reemplazo de Judas (cf Hechos 1,15); vemos a S. Pedro como vocero de toda la Iglesia en Pentecostés (cf Hechos 2,14-42), es el primero que empieza a proclamar a Cristo resucitado (Hechos 2,14-32), "Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas"(Hechos 2,41), es el primero en hacer un milagro público al curar al cojo de nacimiento en el templo de la Ciudad Santa (Hechos 3,6), después se dedica a predicar el evangelio en el pórtico de Salomón (Hechos 3,12ss), también es el vocero en el Templo (cf Hechos 3,11) y ante el consejo del Sanedrín, anuncia a las principales autoridades religiosas del pueblo judío, la salvación traída con Jesucristo (Hechos 4,8ss). Pedro y los demás apóstoles, responden a la prohibición del Sanedrín de enseñar en el nombre de Jesús: “Pedro y los apóstoles contestaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5,29) también es máxima autoridad en el concilio de los Apóstoles en Jerusalén (cf Hechos 15,7-29), y se respeta y honra mucho a San Pedro "... Hasta tal punto que incluso sacaban los enfermos a las plazas y los colocaban en lechos y camillas, para que, al pasar Pedro, siquiera su sombra cubriese a alguno de ellos" (Hechos 5,15). San Pablo, apóstol de los gentiles viaja a Jerusalén para conocerlo (Gálatas 1,18). Pedro pone al descubierto la mentira del trágico caso de Ananías y Safira (Hechos 5,1-10); y reprende a Simón (el mago), que había ofrecido dinero a los apóstoles para obtener el Espíritu Santo con la imposición de las manos (Hechos 8,18-23). La predicación de Pedro en la casa del capitán romano Cornelio, trae como resultado el bautismo y la aceptación del mensaje de Dios de una familia no judía (Hechos 10,44-48). Este hecho generó en algunos creyentes de Jerusalén grandes dudas (lee Hechos 11,1-3); pero ante la explicación de Pedro de sus actos, "todos se callaron y alabaron a Dios" (Hechos 11,18). Además cuando el rey Herodes lo manda a prisión, se eleva en toda la Iglesia una oración por él (Hechos 12,5), lo que provoca la intervención milagrosa de un ángel del Señor que lo saca de la cárcel (Hechos 6-10). En el incidente ocurrido en la iglesia de Antioquía sobre la cuestión de imponer la circuncisión a los cristianos procedentes del paganismo, Pablo le llama la atención a Pedro por tomar partido en este punto (Gálatas 2,11-14). Sin embargo, Pablo lo que le reprocha es su forma de actuar, pero no pone en tela de juicio su misión de jefe del colegio apostólico y de la Iglesia de Cristo. Incluso, es el mismo Pedro quien pone fin a la discusión (Hechos 15, 6-11); lo que contó además con las palabras de Santiago a favor suyo (Hechos13-14). Por todo esto, Pedro aparece como el primer apóstol de los paganos (Hechos 15,7), y también de los judíos (Gálatas 2,7-8).

62. ¿Porque la Iglesia Católica dice que el Papa es Infalible?
Porque Cristo al darle la misión de confirmar la fe de toda la Iglesia, le promete, interceder por él, para que su fe no desfallezca, por eso el Papa es infalible en los asuntos de fe, porque cuenta con la ayuda especial de Dios, para cumplir su magisterio de interpretar y difundir las Escritura a la luz del Espíritu Santo y guiarnos por camino seguro: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.» (Lucas 22,31-32). Como vemos entre los apóstoles solo a Pedro se le da el poder y la misión de confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, y por eso Cristo ruega por él, para que no equivoque nunca en los asuntos referentes a la fe. "El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral... La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el Cuerpo episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro", sobre todo en un Concilio ecuménico (LG 25; cf. Vaticano I: DS 3074). Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo que algo se debe aceptar "como revelado por Dios para ser creído" (DV 10) y como enseñanza de Cristo, "hay que aceptar sus definiciones con la obediencia de la fe" (LG 25). Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación divina (cf. LG 25).
La asistencia divina es también concedida a los sucesores de los apóstoles, cuando enseñan en comunión con el sucesor de Pedro (y, de una manera particular, al obispo de Roma, Pastor de toda la Iglesia), aunque, sin llegar a una definición infalible y sin pronunciarse de una "manera definitiva", proponen, en el ejercicio del magisterio ordinario, una enseñanza que conduce a una mejor inteligencia de la Revelación en materia de fe y de costumbres. A esta enseñanza ordinaria, los fieles deben "adherirse...con espíritu de obediencia religiosa" (LG 25) que, aunque distinto del asentimiento de la fe, es una prolongación de él.
“Seguid todos al obispo como Jesucristo (sigue) a su Padre, y al presbiterio como a los apóstoles; en cuanto a los diáconos, respetadlos como a la ley de Dios. Que nadie haga al margen del obispo nada en lo que atañe a la Iglesia” (San Ignacio de Antioquía, Smyrn. 8,1).
Pedro y los demás Papas siguen siendo hombres, con defectos, virtudes y con necesidad de la misericordia divina, porque a pesar de su investidura y misión están en un proceso de perfección al igual que todo cristiano, recurren frecuentemente al sacramento de la confesión ante otros sacerdotes, pero cuando obran en Nombre de Cristo como Piedra de la Iglesia, para dirigirla son infalibles en los aspectos de Fe por la garantía de Cristo, que le encomienda confirmar la fe de sus hermanos y por eso el Primer Papa empieza una de sus cartas de esta forma: "Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra” (II Pedro 1,1).

63. ¿Para que necesitamos de la acción Pastoral del Papa?
Para mantener la tan anhelada unidad del Pueblo de Dios (Juan 17,11-21), con la necesaria armonía entre creyentes (Rom 12,16), en torno a la sana doctrina del Señor, para garantizar la correcta interpretación de su Palabra (II Pedro 1,20-21), para que todos tengamos un mismo sentir (II Cor 13,11) y los mismos criterios (I Cor 1,10) es una prioridad para todos, su trabajo pastoral, para que confirme nuestra fe (cf Lucas 22,31-32), para el mejor seguimiento del Evangelio, porque El Papa confirma las verdades reveladas en la Biblia, y su apropiada interpretación, porque: "Así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas" (I Corintios 12,28). Es necesario el Magisterio de la Iglesia, que ejercen los Obispos (entre ellos El Papa y los Cardenales), para que tengamos la seguridad y garantía de las interpretación de la Biblia, de lo contrario no sabríamos cual interpretación fuese la correcta y se introducirían cambios y errores que darían lugar a divisiones, eso precisamente es lo que pasa en las sectas que cada ves se dividen más, y van surgiendo nuevas denominaciones, que se contradicen entre sí, en muchos puntos importantes, porque cada uno de sus líderes, van dando nuevos sentidos distintos a la Palabra de Dios, introduciendo cambios erróneos, tanto a la doctrina, como a la practica de la fe.
Capitulo VI: La Jerarquía de la Iglesia

64. ¿Por qué hay que obedecer al Papa y a los Obispos, puesto que Dios se puede comunicar directamente con cada Persona?
Hay que obedecer, porque ellos son los sucesores de los Apóstoles a los que Jesús les ungió con poder, y les dijo: “El que los recibe a ustedes a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”. (Mateo 10,40). “Yo les digo: todo lo que atén en la tierra, el cielo lo considerará atado, y todo lo que desaten en la tierra, será tenido por desatado en el Cielo” (Mateo 18,18).
Algunos sectarios proclaman que la Iglesia no importa, solo Cristo, pasando por alto que Jesucristo la edificó (Mt 16,18), le delegó su poder(Mt 18, 18), le prometió su asistencia hasta la consumación de los tiempos (cf Mateo 16,18; 28,20; Juan 17,20-21), la Iglesia es el amada por Cristo (cf Efesios 5,25-27), y al hablarnos de la corrección fraterna, nos dice: “Por tanto, si tu hermano pecare contra ti, ve, y redargúyele entre ti y Él solo: si te oyere, has ganado á tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo uno ó dos, para que en boca de dos ó de tres testigos conste toda palabra. Y si no oyere á ellos, dilo á la Iglesia: y si no oyere á la Iglesia, tenle por étnico y publicano. (Mateo 18,15-17).
Además El Papa, y los Obispos, como sucesores de los Apóstoles, son garante del deposito de la fe, la tradición escrita y oral, porque reciben de Jesucristo el poder y la misión de pastorear a la Iglesia Católica, que significa universal (Juan 21,15-17; Efesios 5,25-27), para mantenerla firme en la fe, integra en la esperanza y unida en la caridad. La Biblia nos dice: “Expresen su respeto a Cristo siendo sumisos unos a otros” (Efesios 5,21), por eso quienes obedecemos a la Biblia tenemos que obedecer a la Iglesia y sus ministros (Cf Hebreos 13,17; Eclesiástico. 7,30-31) en razón que es el cuerpo místico de Cristo (Efesios 5,23).

65. ¿Por qué existen Sucesores de los Apóstoles en la Iglesia?
Para continuar la misión que Jesús encomendó a su Iglesia hasta la consumación de los tiempos (cf Mateo 16,18; 28,20) por eso los apóstoles desde el principio de su acción, prepararon y eligieron sus sucesores conscientes de que la misión de la Iglesia, durará hasta el fin del mundo, el proceso de sucesión comienza inmediatamente después la ascensión de Jesús a los Cielos, cuando se hace la sustitución de Judas Iscariote (el traidor, que ya estaba muerto), por un discípulo con características idóneas (Hechos 1,15-26). Luego por imposición de las manos (Sacramento del Orden) se nombran Diáconos (Hechos 6,1-7) también se delega autoridad y se eligen embajadores u obispos: “Entonces decidieron los apóstoles y presbíteros, de acuerdo con toda la Iglesia, elegir de entre ellos algunos hombres y enviarles a Antioquía con Pablo y Bernabé; y estos fueron Judas, llamado Barsabás, y Silas, que eran dirigentes entre los hermanos” (Hechos 15,22) “Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con cariño de sus hijos” (I Tesalonicenses 2,7). También se dan normas y pautas de cómo deben ser los sucesores: “Porque el epíscopo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios; sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí. Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen” (Tito 1,7-9). “Y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos, confíalo a hombres fieles, que sean capaces a su vez, de instruir a otros” (II Tim 2,2).
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado; Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28,18-20). La garantía de está perfecta sucesión es la perenne presencia de Cristo en su Iglesia, su promesa de siempre poder vencer al mal (Mateo 16,18), su asistencia por medio del Espíritu Santo, su perfecta mediación ante el Padre por su Iglesia, porque se la prepara como esposa pura y santa (cf Efesios 5,27), y en su oración por sus discípulos, avala la sucesión de generaciones: “No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, para que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Juan 17,20-21). Para quienes creemos que la oración de Jesús es efectiva y perfecta mediación ante Dios Padre, tenemos que creer que su Iglesia es una para todas las naciones y ha de mantenerse unida en un mismo sentir, con una sola interpretación de la palabra para que el mundo crea, que es Santa (cf Efesios 5,27) sacramento de Dios para toda la humanidad, eso significa Católica (de todos los pueblos y razas), que es apostólica (heredera de los primeros discípulos y guardiana de sus palabras y escritos, según 2 Tes 2,15) y que está sujeta a la autoridades delegadas por Jesús hasta que el vuelva el gloría (Mateo 16,18-19), por eso la llamamos romana, porque es dirigida por los sucesores de San Pedro, que fijaron su residencia en Roma.

66. ¿Qué es la Gran Apostasía?
Jesús nos previene que al final de los tiempos, las virtudes de muchos se enfriarán, dando lugar a un proceso de deserción donde muchos creyentes se apartarán de la sana doctrina del Evangelio, para seguir doctrinas falsas, fábulas contrarias al amor de Dios. Esa deserción no abarcará la Iglesia, ni su mayoría, solo una parte que se separará de la Iglesia para seguir por otros caminos, recordemos que las fuerzas del Infierno la podrán prevalecer contra la Iglesia: “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas” (I Timoteo 4,1).
La apostasía es cuando un creyente en Jesucristo, bautizado en su única Iglesia, reniega de la fe en Cristo y despotrica contra su amada Iglesia, abandonándola para abrazar otra fe contraria, sobre este periodo el Señor nos alerta: “Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos. Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará”. (Mateo 24,11-13).
"Dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.» (Lucas 9,62).
Por eso debemos perseverar en nuestra fe católica en Cristo encarnado, crucificado y resucitado, librarnos de todo engaño, revisando todo lo que la Santa Biblia dice respecto a cada tema, para no equivocar o torcer, el sentido del Libro Sagrado, pues las referencias Bíblicas, hay que entenderlas según su contexto, atentos y cuidadosos como lo manda la Biblia: "¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo" (Hebreos 3,12).
«No todo el que me diga: “Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” (Mateo 7,21)
hay que perseverar en las enseñanzas de Jesús y de su Iglesia “... Manténte fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (cf Ap 2,10). “Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre: que es la muerte segunda. (Apocalipsis 21,8).