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ARGENTINA TROGLODITA II: Menores de 11 años como Ratas de Laboratorio

Por José Arturo Quarracino (11 de octubre de 2021)

En un artículo anterior, ARGENTINA: Progresismo abortista y ASESINO, pusimos en evidencia que el progresismo argentino abortista, en última instancia, promueve el asesinato prenatal, ya que con la excusa de la legalización de la “interrupción voluntaria del embarazo” (eufemismo para no mencionar la palabra “aborto”) aprovecha para matar a todo recién nacido que no puede abortar. Con la complicidad. del poder político, de las instituciones judiciales y el silencio cómplice de las jerarquías religiosas -católica, protestante y evangélica.

Hace unos días el Ministerio de Salud de la Nación, con el beneplácito del Poder Ejecutivo Nacional y el aval de las 23 jurisdicciones provinciales del país, dispuso habilitar en Argentina la vacunación contra el Covid-19 para los menores de entre 11 y 3 años de edad, con la “vacuna” fabricada por el laboratorio chino Sinopharm. Ello a pesar de no estar habilitada ni por la OMS ni por ningún país del mundo para esa franja etaria poblacional.
La ministra de salud nacional, la doctora Carla Vizzotti, tomó esa decisión, aunque reconoció explícitamente que el producto a aplicar “tiene estudios de fase I y II publicados en Lancet, tiene estudios de eficacia y de efectividad en mayores de 18 años, tiene datos robustísimos de seguridad y eficacia en Argentina con datos nuestros”[1], lo que traducido al lenguaje común significa que los niños a los que se les va a aplicar la “vacuna” serán en realidad ratas de laboratorio o cobayos para experimentar la eficacia y seguridad de su aplicación, aunque no se cuente con ningún tipo de datos ni evidencia de las mismas para esos menores de edad.
Inicialmente, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), una institución privada que nuclea a médicos especialistas en salud infantil, se había opuesto a esa decisión ministerial, justamente por no conocerse ningún dato ni evidencia científicas -ni a nivel nacional y mundial- que la respaldarán. Pero después de una reunión con la funcionaria, las autoridades de esa institución decidieron apoyar la iniciativa, al haber recibido explicaciones que sin embargo no han sido hechas públicas.
En síntesis: las autoridades sanitarias argentinas, nacional y provincial, no tienen problema en utilizar a los menores de 11 años de edad de la población para que sirvan de ratas de laboratorios, aplicándoles una mal llamada “vacuna”, que en realidad es una terapia génica experimental, para beneficiar a un laboratorio de origen chino -Sinopharm Group Co. Ltd., pero que en realidad es una empresa que tiene como accionistas a los más importantes fondos de inversión internacionales, acreedores privados de las deudas externas de gran parte de los países del mundo, entre ellos el nuestro. Fondos de inversión que han aprovechado la pandemia para producir miles de millones de vacunas, con cuya venta a precio de mercado les ha permitido obtener multimillonarias ganancias. Para esos fondos de inversión, la salud de las poblaciones es sólo ocasión y motivo para lucrar a niveles inauditos.

1. Aunque el bombardeo mediático de más de un año de ejecución haya impuesto el término “vacunas” como el instrumento que se usa para “combatir” el ya famoso virus Covid-19, en realidad se debe hablar de un software que se inyecta para producir antígenos o anticuerpos que en principio iban a impedir la infección, pero que la experiencia demostró que en muchos casos no imposibilitaron que se contrajera la enfermedad, aunque las personas perjudicadas habían cumplido con el plan de vacunación. Es por este motivo que las autoridades sanitarias y sus voceros inventaron que la “vacuna” anticovid no impedía la infección, sino que disminuía su potencialidad mortal, es decir, sólo impedía que el infectado inyectado se muriera (¿???). Es decir, los supuestos redentores sanitarios de la humanidad sólo se limitaron a fabricar vacunas que no vacunan[2]. ¿Los padres se expondrán a que sus hijos sean utilizados para que les aplican soluciones terapéuticas que están en fase de experimentación?

2. Además, el mismo poder político argentino -ejecutivo y legislativo- han reconocido que la campaña de vacunación masiva es un experimento sin certeza científica alguna, razón por la cual han sancionado en noviembre del año pasado una ley infame que no sólo le concede a los fabricantes inmunidad informativa -por motivos comerciales-, sino además inmunidad jurídica -les exime de cualquier reclamo jurídico en caso de perjuicio o muerte- y de soberanía -cualquier reclamo debe hacerse en la sede judicial en la que tiene asentada su casa matriz cada fabricante[3], con el agregado de que en muchos casos una eventual disputa judicial se sustenta según la legislación inglesa en la materia, como es el caso de las vacunas SputnikV (con arbitraje en París) y Covax/AstraZeneca (con arbitraje en Suiza); o según las leyes de Nueva York, como es el caso de Moderna y Pfizer. En el caso de Sinopharm -la fabricante de las “vacunas” para niños que no están autorizadas en ningún lugar del mundo- el arbitraje es en Pequín/Beijing, con el “refuerzo” que la Argentina se hace responsable por las reacciones adversas que se puedan producir por la aplicación de la “vacuna”.
Pero si de por sí es vergonzosa la actitud gubernamental de someterse a estas condiciones que han puesto de rodillas al país en cuestiones sanitarias, más aberrante es que funcionarios -como el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof- haya justificado tal claudicación ante las empresas fabricantes de “vacunas”, reconociendo además que las vacunas son experimentales. Lo hizo en una entrevista televisiva el 9 de setiembre ppdo, en la que afirmó explícitamente que “las vacunas están en fase experimental”[4].

2. Es por el carácter experimental que tienen al día de hoy estas “vacunas” que en prácticamente ningún país del mundo la vacunación es voluntaria, aunque los gobiernos han inventado todo tipo de maniobras para hacer que sus poblaciones se vacunen “voluntariamente”. Porque en realidad las “vacunas” que se aplican no están aprobadas por las autoridades sanitarias de los respectivos países, sino que solamente está autorizado su uso por razones de emergencia.

3. En el colmo del absurdo, desde el punto de vista de la seguridad sanitaria, la campaña de vacunación masiva anticovid es total y absolutamente contradictoria, porque:
a) el material con el que se vacuna NO ESTÁ ACOMPAÑADO DE NINGÚN PROSPECTO MÉDICO que informe cuáles son sus componentes, como si ocurre sin excepción con todos los demás medicamente y fármacos. Es decir, el inyectado no tiene ninguna información de qué es lo que se ha aplicado.
b) en todos los vacunatorios del país la aplicación de una inyección -cualquiera sea el medicamento (vitaminas, vacunas, etc.)- debe estar acompañada sí o sí de una orden médica, con un profesional de la salud que se hace responsable. Pero en el caso de la “vacuna anticovid” ninguna orden médica avala su aplicación, y además, como ha pasado en muchos casos, ha vacunado cualquiera y en cualquier lugar -clubes de fútbol, sociedades de fomento, shoppings y supermercados, unidades básicas, etc.

Es decir, para aplicarse una inyección con una medicación aprobada ES OBLIGATORIA una orden médica que la avale. Pero para una “medicación” NO APROBADA y CARENTE DE TODA INFORMACIÓN NO SE EXIGE ninguna orden médica. Esquizofrenia a la enésima potencia.

4. Otro punto importante a tener en cuenta es que en Argentina murieron 40.000 personas por Covid-19 antes que llegaran los primeros lotes de inyecciones, a fines del año pasado. Pero desde la llegada de las vacunas hasta el día de hoy han fallecido 70.000 personas, en muchos casos a pesar de que estaban vacunadas. Nadie ha explicado esto.

5. ¿No es además una canallada pretender “vacunar” a los niños con un producto que tiene entre sus materias primas restos fetales abortados que van a mezclarse con el organismo de los receptores de tales dispositivos? Si ningún adulto está dispuesto a higienizarse con productos fabricados con restos de cadáveres de adultos asesinados o fallecidos en campos de concentración, ¿por qué están de acuerdo en que los menores de edad sean inoculados con restos de cadáveres de niños asesinados antes de nacer?

En síntesis: con todas estas incertidumbres y desinformaciones, ¿los padres serán tan irresponsables de hacer vacunar “voluntariamente” a sus hijos menores de edad? ¿Tan poco los quieren? O excepto que consideren a sus hijos ratas de laboratorio.

[1] En telam.com.ar/…s-vacuna-menores-sociedad-argentina-pediatria.html
[2] Ver nuestro informe marcotosatti.com/…anti-covid-no-es-vacuna-fraude-mundial-y-nacional/. Para más detalles, ver Steven Hotze, “The So-Called COVID-19 “Vaccine” Is Really A Dangerous Experimental Gene Therapy”, en el sitio web hotzehwc.com/…2/dr-hotze-on-the-dangers-of-the-covid-19-vaccine/, y en vídeo en bitchute.com/video/vwD9hDNsRkAX/
[3] Ley 27.573/20, arts. 2 a 4.
[4] En youtube.com/watch?v=TwikmhAToKQ. En el minuto 11. En pocos minutos más intentó dar más explicaciones sobre la “indemnidad” (sic!) que pretendían los laboratorios fabricantes, cuando en realidad se trata de inmunidad, lo cual es totalmente distinto. Pero el gobernador bonaerense se destaca por ser un experto transmisor de ignorancia y pedantería en sus exposiciones públicas.
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Tiranía Sanitaria Criminal en Argentina: Menores de doce años son utilizados como ratas de laboratorio - Ver también: 1. La triple mentira plandémica. - 2. "Dieciocho meses de Tiranía Sanitaria Mundial" - Miles Christi - 15/09… - 3. @Miles - Christi - English