Guía para confesarse bien. "Los sacramentos producen siempre la gracia en quienes los reciben con las debidas disposiciones. En lo que se refiere a la Confesión, estas disposiciones: examen de conciencia …Más
Guía para confesarse bien.
"Los sacramentos producen siempre la gracia en quienes los reciben con las debidas disposiciones. En lo que se refiere a la Confesión, estas disposiciones: examen de conciencia, arrepentimiento, propósito de la enmienda y manifestación de las propias culpas junto con cumplir la penitencia, no son una pura formalidad sino la conversión del corazón a Dios. Son los actos que nacen en el penitente al contemplar una verdad que nos enseña la fe: la Confesión es un encuentro con Jesucristo en el que se obtiene la remisión de los pecados. Por eso no deben mirarse como una receta más, sino como la respuesta personal a la misericordia de Dios con la que nos preparamos a ese encuentro: es lo único que puede hacer el hombre por su parte, ya que lo más importante, el perdón, está en las manos de Dios que quiere salvarnos y restaurar su alianza con nosotros por medio de signos sensibles (Ordo Poenitantie, n. 6).
Por eso es tan importante también profundizar en su estudio: para comprender la armonía que existe entre la gracia de Dios y las disposiciones interiores del alma y sacar el máximo fruto del sacramento.
Estas páginas nos ayudarán a acercarnos con mejores disposiciones al Santo Tribunal de la Penitencia y, así, recibiremos más abundantemente la gracia de Dios, tal y como nos enseña el Magisterio de la Iglesia, sobre la que siempre vela el Espíritu Santo".
"Los sacramentos producen siempre la gracia en quienes los reciben con las debidas disposiciones. En lo que se refiere a la Confesión, estas disposiciones: examen de conciencia, arrepentimiento, propósito de la enmienda y manifestación de las propias culpas junto con cumplir la penitencia, no son una pura formalidad sino la conversión del corazón a Dios. Son los actos que nacen en el penitente al contemplar una verdad que nos enseña la fe: la Confesión es un encuentro con Jesucristo en el que se obtiene la remisión de los pecados. Por eso no deben mirarse como una receta más, sino como la respuesta personal a la misericordia de Dios con la que nos preparamos a ese encuentro: es lo único que puede hacer el hombre por su parte, ya que lo más importante, el perdón, está en las manos de Dios que quiere salvarnos y restaurar su alianza con nosotros por medio de signos sensibles (Ordo Poenitantie, n. 6).
Por eso es tan importante también profundizar en su estudio: para comprender la armonía que existe entre la gracia de Dios y las disposiciones interiores del alma y sacar el máximo fruto del sacramento.
Estas páginas nos ayudarán a acercarnos con mejores disposiciones al Santo Tribunal de la Penitencia y, así, recibiremos más abundantemente la gracia de Dios, tal y como nos enseña el Magisterio de la Iglesia, sobre la que siempre vela el Espíritu Santo".
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