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P.Elia
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¡Qué maravilloso es estar en La luz de Dios! ¡Qué maravilloso es estar en La luz de Dios! Evangelio del Domingo 17 de Marzo 2019 segunda de Cuaresma Queridos hermanos y hermanas, el pasaje del Evangelio …Más
¡Qué maravilloso es estar en La luz de Dios!

¡Qué maravilloso es estar en La luz de Dios! Evangelio del Domingo 17 de Marzo 2019 segunda de Cuaresma Queridos hermanos y hermanas, el pasaje del Evangelio de San Lucas, que escucharemos el domingo 17 de marzo, nos recuerda la misión fundamental de la Iglesia, su "razón de ser": Es decir, indicar a toda la humanidad, el camino de la pureza para poder "ver", en la fe, aquí en la tierra y “cara a cara” en la vida eterna, el rostro resplandeciente de la Palabra de Dios hecho hombre, muerto y resucitado por nosotros, Jesucristo. Una visión, queridos hermanos y hermanas, que nos hace salir "de nosotros mismos" por la alegría ya en esta tierra, y nos hace guerreros de la luz, es decir, nos da la fuerza para luchar, como a menudo el Papa Francisco nos ha pedido que hagamos, contra la injusticia que esta haciendo llorar a los pobres y a la tierra. De hecho, es precisamente la visión, en la fe, del amor misericordioso del Padre revelado en Jesús su Hijo hasta la "locura de la cruz", que, como nos recuerda el Papa Francisco en la encíclica Laudato si, en el número 208, nos hace “posible volver a desarrollar la capacidad de salir de sí hacia el otro. Sin ella no se reconoce a las demás criaturas en su propio valor, no interesa cuidar algo para los demás, no hay capacidad de ponerse límites para evitar el sufrimiento o el deterioro de lo que nos rodea. La actitud básica de autotrascenderse, rompiendo la conciencia aislada y la autorreferencialidad, es la raíz que hace posible todo cuidado de los demás y del medio ambiente, y que hace brotar la reacción moral de considerar el impacto que provoca cada acción y cada decisión personal fuera de uno mismo. Cuando somos capaces de superar el individualismo, realmente se puede desarrollar un estilo de vida alternativo y se vuelve posible un cambio importante en la sociedad.” Queridos hermanos y hermanas, dejémonos deslumbrar, como Pedro, Santiago y Juan, por la luz divina que irradia el rostro de Cristo y descubriremos que realmente es Dios, Padre e Hijo y Espíritu Santo, la gran belleza que nuestro corazón desea y anhela poseer en esta vida y eternamente en la otra.