Familia, lugar de refugio

Un ventarrón de ideas subversivas ataca los fundamentos de la familia, con la evidente finalidad de minar los soportes ancestrales de la sociedad. Nuestra sociedad humana, después de las tempestades …Más
Un ventarrón de ideas subversivas ataca los fundamentos de la familia, con la evidente finalidad de minar los soportes ancestrales de la sociedad.
Nuestra sociedad humana, después de las tempestades sociales, terminadas las guerras, revoluciones y agitaciones populares, dispone de un lugar de refugio: es la familia.
Pero es necesario fundamentar bien esa familia, si queremos que resista todo el empuje desbastador; es necesario fundamentarla humana y sobrenaturalmente.
Hombre y mujer deben llegar a la constitución de la familia con ideas sanas sobre la misma y con una adecuada preparación sobre los deberes que más tarde gravitarán sobre sus hombros y en su conciencia. Todos tienen sus ojos puestos y sus intereses en la familia; los que pretenden fundamentar la sociedad y los que tratan de destruirla; esto nos convence de la importancia y decisiva gravitación de la familia.
“En esta especie de Iglesia doméstica (la familia), los padres deben ser para sus hijos los primeros predicadores de …Más
gloriaporta
Sagrada Familia de Nazareth: enséñanos el recogimiento, la interioridad; dános la disposición de escuchar las buenas inspiraciones y las palabras de los verdaderos maestros; enséñanos la necesidad del trabajo, de la preparación, del estudio, de la vida interior personal, de la oración, que sólo Dios ve en lo secreto; Enséñanos lo que es la Familia, su comunión de amor, su belleza simple y …Más
Sagrada Familia de Nazareth: enséñanos el recogimiento, la interioridad; dános la disposición de escuchar las buenas inspiraciones y las palabras de los verdaderos maestros; enséñanos la necesidad del trabajo, de la preparación, del estudio, de la vida interior personal, de la oración, que sólo Dios ve en lo secreto; Enséñanos lo que es la Familia, su comunión de amor, su belleza simple y austera, su carácter sagrado e inviolable. Amén (Paulo VI)