¿Dónde está la paz?

En el salmo responsorial de hoy, Dios está hablando de la paz para ti. Y cuando Dios profetiza una palabra, así es. ¡Por supuesto es así, Él es Dios!; ahora, ¿tú ves bondad y verdad "encontrándose" en tú vida? ¿Están la justicia y la paz "besándote"?

¡Sí!; Si tu esperanza está en Dios, como el salmista dice de los que son fieles a Dios. Aun cuando las injusticias sean cometidas en tú contra, la justicia de Dios está contigo. El problema es que la paz del Señor puede ser perdida en el montón de cosas que están ocurriendo cada día.

En nuestro evangelio de hoy, Jesús menciona dos maneras muy significantes de perder esta paz: (1) acumular cosas materiales sólo para nuestro beneficio y (2) depender de las relaciones familiares para recibir todo lo que necesitamos como material, emocional y espiritualmente (incluyendo amigos quienes son como la familia). No podemos tener paz cuando nosotros esperamos que el dinero y las posesiones nos satisfagan, porque nunca es suficiente. No podemos tener paz cuando esperamos que otros nos hagan felices, porque ellos continuamente nos decepcionan.

La cura, dice Jesús, es mantener nuestros ojos en él. Dejar todo para seguir a Jesús, no significa tirar las posesiones a la calle. Por el contrario, significa hacerlas disponibles para Jesús para que él haga lo que quiera con ellas, para sus santos propósitos. Nosotros compartimos lo que tenemos porque nos importa,reconociendo que Dios nos ha dado todo lo que tenemos de modo que nos podamos beneficiar de eso Y distribuirlo a otros. No solamente hay una gran paz teniendo la libertad de hacer esto, sino también, hay una gran satisfacción.
LEER COMPLETO