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La acomplejada obsesión de la Iglesia católica con Lutero; el mayor hereje de la historia

La acomplejada obsesión de la Iglesia católica con Lutero; el mayor hereje de la historia

invitado
16 octubre, 2017

Adoración y Liberación – Vicente Montesinos

Entre hoy, 16 de octubre, y el próximo día 18; se celebra en Valladolid el Congreso Internacional sobre Lutero y el inicio de la Reforma Protestante, bajo el título: “Martín Lutero. 500 Años de la Reforma Protestante”. El Congreso tiene lugar en el Palacio de Congresos Conde Ansúrez y el Aula Magna del Estudio Teológico Agustiniano; y está organizado por el Estudio Teológico Agustiniano y la Universidad de Valladolid.

El Congreso, dice pretender “con motivo de la celebración de los 500 años del inicio de la Reforma Protestante pretende”, “desarrollar algunos de los puntos centrales del pensamiento de Lutero que dieron origen a la Reforma, así como algunas de las claves de interpretación de los mismos que se realizan en la actualidad; exponer aspectos de la contribución que Lutero hizo a la lengua y cultura alemana y considerar las repercusiones de la Reforma por él iniciada en la historia y cultura europea, y dada la importancia que tuvo Valladolid en la persecución del luteranismo en España, analizar la relevancia de la Reforma Luterana en Valladolid, así como la plasmación literaria de los acontecimientos hecha por D. Miguel Delibes en su novela El hereje. Finalmente dice querer“reflexionar sobre las perspectivas ecuménicas actuales”

Aparece anunciado en primera plana en la Web del Arzobispado de Valladolid (si no me creen, pinchen aquí) y afirma que asistirán las pertinentes autoridades “académicas, eclesiásticas y locales“.

Entre los simposios y conferencias, algunas hablan de que los motivos de ruptura son “ocasiones de unidad”; o se habla de “el nuevo concepto de fe de Lutero”.

Entre la participación de muchos otros sacerdotes, religiosos y consagrados católicos; al alimón con autoridades “protestantes”;destaca la clausura del congreso, realizada nada más y nada menos que por Monseñor Francisco Conesa, Obispo de Menorca; con el estimulante título de “Conocer al Dios escondido siguiendo las huellas de Lutero”.

Esto es lo que hay hermanos. Ahora resulta que, en este aire hereje y protestante que se está imprimiendo a nuestra Iglesia; siguen las “celebraciones” en torno a Lutero, iniciadas y alentadas por el Papa Francisco.

¿Qué ocasión de unidad puede ser la ruptura maquiavélica tramada por Lutero, el personaje que más daño ha hecho a la Iglesia de Cristo en todos los tiempos?

¿Qué nuevo concepto de fe puede enseñarnos Lutero que no esté contenido en las Sagradas Escrituras; el Magisterio bimilenario y la Tradición?

Y sobre todo, Monseñor Conesa… ¿Necesita Su Eminencia a Lutero para hallar al “Dios escondido“?

Quisiera también preguntar al Arzobispo de Valladolid, Monseñor Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, la cual tantos minutos de gloria nos está dando; sin ir más lejos, los últimos, con la cuestión de Cataluña; si en su Archidiócesis no hay otros temas más acuciantes que resolver. Yo le daría unas cuantas ideas.

Lutero. Santidad, Eminencias y Padres… Lutero… Aquél que combatió la doctrina de la Iglesia Católica; en gran variedad de sus principales frentes; acabando para empezar con la Biblia; al dejarla a merced del libre examen. Aquel que arrasó con la sucesión apostólica, destrozó el sacerdocio ministerial; arrasó con la figura de los Obispos y los sacerdotes. Aquel que despreció y pisoteó la doctrina de los Padres y de los Concilios; y la tradición, en todos sus ángulos. Aquél que eliminó la Eucaristía; verdadero centro de la vida de la Iglesia; y su sacrificio redentor; dejando sin contenido lo que la misma Institución de la Iglesia es desde la noche del Jueves Santo, por obra de Nuestro Señor Jesucristo. Aquél que, por si algo le faltaba; destruyó la devoción a la Santísima Virgen María; y no contento con ello, acabó con el culto a los santos; además de con los votos, y con la vida religiosa.

De siete sacramentos, se quedó con uno y medio, por su “obra y gracia”; por no hacer mención a los soeces términos que en cada uno de sus escritos profirió en relación a la Iglesia, el Papa, etc, etc…

En definitiva: aquel que destruyó prácticamente el concepto de cristianismo, además de separar a todo la cristiandad.

A dar homenaje, pábulo y estudio a personaje tal, se dedica nuestra querida jerarquía en los últimos años. A la aplicación de un falso ecumenismo; cobarde y creador de enorme confusión y escándalo.

Santidad, Eminencias y Reverendos…. ¿cabe otro ecumenismo que no sea el de volver a traer a todas las ovejas al auténtico y único redil del Buen pastor?

No soy irónico cuando digo que el ecumenismo está muy bien. Lo creo. Sinceramente. Pero el ecumenismo recto. El verdadero. El que intenta traer a todos los cristianos a la Iglesia Católica. No puede ser de otra manera.

Como ya estableciera su santidad Pío XI en Mortalium Animos, “todo encuentro con los hermanos separados debe ser única y exclusivamente para exhortarles a la conversión”. ¿Esto ya tampoco vale?

Para lo que no debiéramos estar, desde luego, es para ensalzar, homenajear y dar pábulo al Gran Hereje; y llevar a nuestra amada Iglesia Católica, la única fundada por Cristo, hacia una constante, progresiva y herética protestantización.

Dios nos asista, ayude y perdone.