Obispo Thomas Tobin: “El Manifiesto de Müller es un excelente resumen de la fe”
Obispo Thomas Tobin: “El Manifiesto de Müller es un excelente resumen de la fe”
Por INFOVATICANA | 11 febrero, 2019
Si para Kasper es semilla de división, otros clérigos católicos han acogido con alegría e interés el Manifiesto de la Fe hecho público por el ex prefecto para la Doctrina de la Fe, cardenal Gerhard Müller. Es el caso del obispo de Providence, Thomas Tobin.
“Acabo de leer el “Manifiesto de Fe” del Cardenal Müller”, puede leerse en un comentario de la cuenta de monseñor Thomas Tobin, obispo norteamericano de Providence. “Realmente aprecio su esquema claro, conciso y ordenado. Muy citable, y un excelente resumen de nuestra fe. Que María, la Madre de Dios, implore para nosotros la gracia de mantenernos fieles.
La opinión de Tobin contrasta poderosamente con la agria acusación del cardenal Kasper sobre el mismo texto, al que acusa de promover “confusión y división”, y pone de manifiesto la brecha que parece haberse abierto en la misma jerarquía católica por razón de una confusión doctrinal que precede con mucho los intentos de clarificación de Müller.
En un texto publicado en el portal katholisch.de, Kasper admite que la Declaración del ex Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe “contiene muchas declaraciones de fe que todo católico recto puede afirmar de todo corazón”, pero asegura que algunas de las verdades son tan resaltadas que hacen que otras se pierdan.
El cardenal no da otro ejemplo que el hecho de que Müller recuerde que Dios es Trino, lo que lleva al teólogo favorito del Papa a exasperarse: “¿Pero no hay semejanzas, especialmente con los judíos y los musulmanes, en la fe en el único Dios y no son estos puntos en común hoy fundamentales para la paz en el mundo y en la sociedad? ¡Verdad a medias no es la verdad católica!”
Parece, como hemos señalado en otras ocasiones en referencia a este mismo cardenal, un caso de proyección, es decir, de ver en los otros los propios defectos o los defectos de lo que defiende. Porque si Müller se ha sentido obligado a lo que no es sino una reiteración de verdades conocidas, de catecismo, ha sido por la confusión sembrada por numerosas declaraciones doctrinalmente ambiguas que llegan de Roma, por medias verdades y por resaltar exageradamente algunos aspectos evangélicos en detrimento de otros.
La diatriba incomprensible de Kasper ante un texto perfectamente ortodoxo, del que no ha sido capaz de negar ni una coma, llega a su cota máxima cuando acusa a Müller de ser “un nuevo Lutero”. “Lutero también muy correctamente criticó mucho en la Iglesia”, escribe Kasper. “Pero la acusación del Anticristo era, como nuestros compañeros de diálogo luteranos dicen hoy, incluso entonces inapropiada. ¿Hay un reciclaje de Lutero detrás del manifiesto?”.
Sorprende infinito que hable de Kasper de reciclaje de un heresiarca que ha recibido la condena unánime de la Iglesia justamente hasta el pontificado de Francisco, en el que se le ha celebrado en el centenario de la ‘Reforma’ y al que se le ha llegado a calificar de “testigo del Evangelio”. Y justo cuando lo que hace Müller no es otra cosa que recordar lo que la Iglesia siempre ha creído y reiterado a los largo de los siglos.
