el 16 de marzo San Heriberto de Colonia, obispo
fecha: 16 de marzo
n.: c. 970 - †: 1021 - país: Alemania
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Colonia, en Alemania, san Heriberto, obispo, que, siendo canciller del emperador Otón III, fue elegido contra su voluntad para la sede episcopal, desde donde iluminó constantemente al clero y al pueblo con el ejemplo de sus virtudes y su predicación.
patronazgo: protector para pedir la lluvia.

San Heriberto, uno de los prelados más distinguidos de la diócesis de Colonia, nació en Worms, en el Palatinado del Rin. Como se mostró ansioso de estudiar, fue enviado a la célebre abadía de Gorze en Lorena. Ahí hubiera entrado gustoso a la Orden de los Benedictinos, pero su padre, que tenía otras ambiciones, lo llamó definitivamente a Worms, donde se le dio una canonjía y fue elevado al sacerdocio. Heriberto se ganó la confianza del emperador Otón III, de quien llegó a ser canciller, y en 998, fue elevado a la sede de Colonia en medio de la aprobación general. El único que disintió fue el propio Heriberto, quien declaró y firmemente creía, no ser merecedor de tan alta dignidad. De Benevento (a donde fue enviado por Otón) pasó a Roma y allí el Papa Silvestre II le dio el «palio». Un frío día de diciembre, llegó humilde y descalzo a Colonia a donde había enviado el «palio» con anterioridad. El día de Navidad fue consagrado arzobispo en la Catedral de San Pedro de Colonia, y desde ese momento se dedicó infatigablemente a los deberes de su alta vocación. Los asuntos de Estado nunca le impidieron predicar y consolar a los enfermos y pobres, así como el actuar de pacificador en su diócesis. No despreciaba el esplendor externo que su alta posición pedía, pero bajo sus vestiduras bordadas de oro siempre usaba un cilicio. Cuanto más los asuntos del mundo le entretenían, más extremadamente se esforzaba por alimentar su vida espiritual.

Poco después de tomar posesión de su sede, Heriberto acompañó al emperador en su última visita a Italia, pues Otón falleció allí probablemente a consecuencia de las viruelas y no envenenado, como se ha creído. De acuerdo con los deseos del finado, san Heriberto llevó su cuerpo a Aachen, donde se le dio sepultura. Habiendo previsto la disputa por la corona, san Heriberto también creyó su deber llevar consigo la insignia imperial con objeto de entregarla al nuevo soberano. El pretendiente más cercano al trono, el duque Enrique de Baviera, infortunadamente malinterpretó la actitud de san Heriberto, y llegó a la conclusión de que éste prefería el trono para otro. Como consecuencia, san Heriberto se vio privado del favor del duque, aun después de que san Enrique fuera elegido emperador, a pesar de haberse mostrado leal a él. Parece que san Enrique no le quitó el cargo de canciller, pues en los edictos de 1007 y 1008 aparece su firma. No fue sino al final del reinado de Enrique, cuando éste se dio cuenta de la virtud y buena fe del gran arzobispo y aun llegó a tener una reconciliación pública con él. San Heriberto gustosamente hubiera dejado todos los asuntos seculares para tener libertad de dedicarse a las propias necesidades espirituales y a las de su diócesis. Con el dinero que Otón III le legó, terminó de construir un monasterio y una iglesia al otro lado del Rin. Sus rentas las dividía entre la Iglesia y los pobres, reservando para sí lo estrictamente indispensable. A menudo se escabullía para ir a ver a los enfermos y pobres a sus casas y hospitales, los consolaba y lavaba sus pies. Su ejemplo inspiró a muchos a hacer lo mismo. No limitó su caridad a Colonia, sino que enviaba dinero a los sacerdotes de otras ciudades para ayudar a los pobres e indigentes. Durante una gran sequía, organizó una procesión de la iglesia de San Severino a la de San Pantaleón, exhortando a la gente a hacer penitencia y confiar en Dios. Algunos de los presentes aseguraron haber visto una paloma blanca volar sobre la cabeza del santo durante la procesión. Al llegar a la iglesia de San Severino, Heriberto se dirigió hacia el altar mayor y, haciendo una profunda reverencia, comenzó a orar fervorosamente por su gente. Apenas terminó, una lluvia torrencial cayó sobre la región, que así fue salvada del hambre. Organizó otra procesión alrededor de las murallas de la ciudad en la semana de Pascua para alejar las plagas y el hambre. Esta costumbre se llevó al cabo hasta fines del siglo dieciocho.

Celoso del mantenimiento de la disciplina entre el clero, hacía frecuentes visitas en su diócesis. En una de ellas contrajo una fiebre que debía ser fatal. Con gran fervor, el santo recibió el viático y luego permitió lo transportasen a Colonia. Después de encomendarse a Dios, a los pies de un crucifijo en la Catedral de San Pedro, fue trasladado a su casa, donde poco después exhaló su último suspiro. Su cuerpo fue colocado en Deutz, donde muchos milagros fueron atribuidos a su intercesión. El arzobispo fue fundador de la abadía y el santuario del monasterio de Deutz y desde luego los monjes estaban deseosos de que su memoria se guardara en veneración. Así una corta biografía suya fue escrita por Lambert, uno de los monjes.

Esa biografía fue impresa por los bolandistas, así como en el vol. IV de MGH. (Scriptores). La misma biografía, pero un poco más extensa, se puede encontrar en el Acta Sanctorum, marzo, vol. II y en Migne, PL. vol. CLXX, cc. 384-428, escrita por el famoso Ruperto de Deutz. El texto que sirvió para su canonización había sido aceptado sin suspicacias, pero en los últimos años se demostró que era una falsificación del siglo diecisiete. Ver Analecta Bollandiana, vol. XXVII, (1908) p. 232 y vol. XXXII (1913), p. 96. También se puede encontrar bastante sobre la vida del santo en Kleinermanns, Die Heiligen auf den erzb, Stuhl von Koln, vol. II. Nota de ETF: no parece que haya habido ninguna canonización formal, aunque algunos sitios indican en 1075 o en 1147.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php

Other Saints of the Day:
Abban of Kill-Abban
Abraham Kidunaia
Agapitus of Ravenna
Aninus of Syria
Benedicta of Assisi
Dionysius of Aquileia
Dentlin of Hainault
Eusebia of Hamage
Felix of Aquileia
Finian Lobhar
Gregory Makar
Heribert of Cologne
Hilary of Aquileia
Jean de Brebeuf
John Amias
John Sordi of Vicenza
Julian of Anazarbus
Largus of Aquileia
Malcoldia of Asti
Megingaud of Wurzburg
Papa of Seleucia
Robert Dalby
Tatian of Aquileia
Torello of Poppi
—
North American Martyrs
saints.sqpn.com/16-march/

Second Sunday of Lent - Year A

Saint(s) of the day : St. Abraham, Hermit & St. Mary (4th century), St. Heribert, Archbishop (c. 970-1021)
Other saints of the day

Readings

Commentary of the day : Saint John Chrysostom
"Do not tell the vision to anyone until the Son of Man has been raised from the dead."

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Matthew 17:1-9.
Jesus took Peter, James, and John his brother, and led them up a high mountain by themselves.
And he was transfigured before them; his face shone like the sun and his clothes became white as light.
And behold, Moses and Elijah appeared to them, conversing with him.
Then Peter said to Jesus in reply, "Lord, it is good that we are here. If you wish, I will make three tents here, one for you, one for Moses, and one for Elijah."
While he was still speaking, behold, a bright cloud cast a shadow over them, then from the cloud came a voice that said, "This is my beloved Son, with whom I am well pleased; listen to him."
When the disciples heard this, they fell prostrate and were very much afraid.
But Jesus came and touched them, saying, "Rise, and do not be afraid."
And when the disciples raised their eyes, they saw no one else but Jesus alone.
As they were coming down from the mountain, Jesus charged them, "Do not tell the vision to anyone until the Son of Man has been raised from the dead."
dailygospel.org/M/AM/

Sant' Eriberto di Colonia Vescovo
16 marzo

Fa carriera molto presto. Anzi, in carriera ci nasce, perché figlio di una casata che è un vivaio di capi per lo Stato, per l’esercito e, purtroppo, anche per la Chiesa. Eriberto fa buoni studi nella scuola della cattedrale a Worms, fucina di ecclesiastici, e poi tra i severi monaci di Gorze presso Metz, nell’attuale Francia. Destinato al sacerdozio, prima di essere ordinato è già cancelliere dell’imperatore Ottone III per gli affari italiani, e non ha ancora 25 anni. Ma l’imperatore ne ha 14, e per lui governa sua madre Teofano. Sacerdote nel 995, quattro anni dopo ecco Eriberto già arcivescovo di Colonia. Al momento della nomina è in Italia insieme all’imperatore, che ora governa a pieno titolo e ama vivere a Roma, come i sovrani dell’antico Impero.
Ricevuta la consacrazione episcopale a Colonia nel 999, tre anni dopo lo ritroviamo ancora in Italia, accanto a Ottone III che è fuggito da una Roma in rivolta, e che sta morendo ventiduenne presso Viterbo, forse di malaria. Eriberto lo assiste nell’agonia e lo accompagna morto nel lungo viaggio verso la Germania – Aquisgrana – con l’esercito imperiale che a volte deve aprirsi la strada con le armi. E finisce a questo punto la sua carriera politica. Ad Aquisgrana lo arrestano su ordine del principe di Baviera, che diventerà poi l’imperatore Enrico II. Una volta rimesso in libertà, Eriberto perde le cariche di Stato, e ben di rado lo consulteranno ancora. Così, per la prima volta, lo ritroviamo a tempo pieno in Colonia.
La disgrazia politica gli ha fatto bene. Impara a essere vescovo sul serio. Scopre la vita dei poveri, e i doveri di ogni uomo di Chiesa verso di loro. Sta in diocesi, ne percorre ogni città e paese, e ben di rado se ne allontana. Non c’è notizia di lui come predicatore o come scrittore, ma si parla sempre più della vita severa che si impone.
Eriberto lo statista diventa il soccorritore e l’amico, l’alleato dei poveri. E accade poi che la riconoscenza della gente gli attribuisca miracoli già da vivo. Quando arriva la pioggia, dopo una tremenda siccità che ha messo la gente alla fame, tutti in Colonia gridano: «Le preghiere di Eriberto ci hanno salvati». Il suo cappellano scampa a una grave malattia, una donna cieca recupera la vista: e riecco ogni volta le voci sul “miracolo del vescovo”. Questa fama persiste lungamente dopo la sua morte, e per secoli si invocherà la sua intercessione per avere la pioggia.
Viene sepolto nella chiesa del monastero da lui fondato a Deutz, nell’attuale area urbana di Colonia. Non c’è un atto ufficiale di canonizzazione per Eriberto: il culto nei suoi confronti è nato spontaneamente, durando nel tempo.Ora il Martirologio romano lo elenca tra i santi, ricordando che egli «ha illuminato il clero e il popolo praticando le virtù che predicava».

Autore: Domenico Agasso

Heiliger Heribert von Köln
Gedenktag katholisch: 16. März
gebotener Gedenktag im Bistum Köln: 30. August (Erhebung der Gebeine)
Gedenktag evangelisch: 16. März
Name bedeutet: im Heer glänzend (althochdt.)
Erzbischof von Köln
* um 970 in Worms in Rheinland-Pfalz
† 16. März 1021 in der Abtei in Deutz bei Köln in Nordrhein-Westfalen

unbekannte Meister: Goldschrein für Heribert (Detail), 1176 - 1180, in der nach ihm benannten Heribert-Kirche in Köln-Deutz

Statue in der Kirche St. Aposteln in Köln
Heribert war der Sohn eines - vermutlich adeligen - Hugo, möglicherweise Graf von Worms. Er wurde an der Domschule in Worms und im Kloster Gorze bei Metz ausgebildet und dann zum Dompropst in Worms und zum Mitglied der königlichen Kapelle ernannt. 995 wurde er zum Priester geweiht. Unter dem nachmaligen Kaiser Otto III. wurde er ab 994 Kanzler für Italien mit Sitz in Ravenna, ab 998 auch für Deutschland. Heribert war damit einer der wichtigsten Mitstreiter Ottos bei der Verwirklichung der Renovatio des Heiligen Römischen Reiches als christlich-karolingisch geprägtem Staat.
999 wurde Heribert, während er noch am zweiten Italienfeldzug Ottos teilnahm, zum Erzbischof von Köln gewählt; die Wahl war umstritten und kam wohl nur aufgrund der Einmischung durch Otto III.' Verbündete zustande. Der Kaiser überreichte ihm den Stab des Petrus und die Kölner Regalien, die Hoheitsrechte samt Grundbesitz. Von Papst Silvester II. erhielt Heribert in Benevent die Bestätigungsurkunde; der ritt über die Alpen zurück, schickte Pallium und bischöfliche Insignien voraus und betrat Köln barfuß. Er trat hervor als Verwalter und Organisator und kümmerte sich besonders um die Armenfürsorge.

Der Kölner Dom heute
Die beiden Kanzlerämter des Heiligen Römischen Reiches Deutscher Nation behielt Heribert auch als Erzbischof. Dass er mit Otto III. der angeblichen Gruftöffnung Karls des Großen in Aachen beiwohnte, auch beim Tod Ottos im Januar 1002 am Monte Soratte anwesend war und dessen sterbliche Überreste samt den Reichsinsignien unter schweren Kämpfen von Italien nach Aachen zur Beisetzung neben Karl dem Großen brachte, erzählt die Lebensgeschichte des Rupert von Deutz. Bei der Rückkehr nach Deutschland wurde er zunächst von Herzog Heinrich von Bayern gefangen gehalten, weil er die Kandidatur von Herzog Hermann II. von Schwaben zum Kaiser unterstützt hatte, mit dem er wohl verwandt war; nachdem er sich bereit erklärte, die an Pfalzgraf Ezzo vorausgesandte Heilige Lanze auszuliefern, kam er frei. Nachdem Otto dann beigesetzt war und Herzog Heinrich als Heinrich II. zum König gewählt war, legte Heribert das Kanzleramt nieder. Nach der Rückkehr nach Köln gründete Heribert, wie mit Otto III. vereinbart, 1003 die Abtei in Deutz, in der er für die Befolgung der Reformen von GorzeDie Reformen von Gorze gingen im 10. Jahrhundert aus vom Benediktinerkloster Gorze in Lothringen. Sie standen im Gegensatz zur den Reformen von Cluny; ihr Ziel war ein Mönchtum unter weltlicher Herrschaft, befreit von der Einflussnahme des Papstes. Die Reformen von Gorze kamen v. a. in Lothringen zum Tragen; entsprechende Reformen in Deutschland gingen aus vom reformierten Kloster St. Maximin in Trier. sorgte.
Das Verhältnis zu Ottos Nachfolger Heinrich II. blieb lange Zeit von Spannungen geprägt. Die Überlieferung schildert, wie Heinrich zornig nach Köln reiste, aber durch einen Traum eines Besseren belehrt wurde und Heribert um Verzeihung bat. Trotz des angespannten Verhältnisses begleitete er Heinrich II. 1004 auf dessen Feldzug nach Rom. Auch die Stiftung des Bistums Bamberg durch Heinrich II. im Jahre 1007 wurde von Heribert unterstützt.

unbekannte Meister: Goldschrein für Heribert, 1176 - 1180, in der Heribert-Kirche in Köln-Deutz
Gerühmt wurden Heriberts außergewöhnliche Frömmigkeit und seine Freigebigkeit gegenüber Armen. Legenden erzählen, wie Maria ihm und seinem Freund und Nachfolger im Bischofsamt Pilgrim im Traum erschien und Heribert anwies, die Abtei in Köln-Deutz zu gründen. Da die Bauleute kein geeignetes Holz für ein Kreuz fanden, ließ Heribert sich in seinem Obstgarten zum Mittagsmahl decken, schaute in einem Birnbaum eine Kreuzform und ließ den Baum fällen. Bei einer Bittprozession um Regen von St. Severin nach St. Pantaleon in Köln sahen die Beteiligten eine Taube um Heribert kreisen; nach der Messe regnete es. Bei einer Predigt am Palmsonntag hörte Heribert einen Besessenen schreien, betete für ihn und heilte den Herangebrachten. Heribert giöt auch als Ideengeber für das Stift St. Aposteln in Köln, das sein Nachfolger Pilgrim dann erbauen ließ.
Heribert wurde in seiner Gründung in Köln-Deutz bestattet. Die Erhebung der Gebeine fand am 30. August 1147 statt, ihre Übertragung in den kostbaren Schrein in der nach ihm benannten Kirche um 1170; der Schrein zeigt viele Szenen aus seinem Leben.
Kanonisation: Die Kanonisation erfolgte 1147
Patron von Deutz; für Regen
Stadlers Vollständiges Heiligenlexikon
Catholic Encyclopedia
www.heiligenlexikon.de/BiographienH/Heribert_von_Ko…

ST. HERIBERT OF COLOGNE
Feast: March 16

Heribert found his life ambition thwarted by his father, but he made the best of it and found another pathway to holiness. He was born at Worms in the latter part of the tenth century and wanted to become a Benedictine monk, after studying as a youth at the abbey of Gorze. But his father disapproved and called him home; upon his return, he was made a canon of the cathedral and was ordained. He became the chancellor of Emperor Otto III and in 998 became archbishop of Cologne.
Since he could not become a monk, St. Heribert of Cologne cultivated an intense spiritual life, at the same time serving his people and his diocese tirelessly. He accompanied the emperor on a trip to Italy, where the emperor caught smallpox and died. It was Heribert who accompanied the body back to Aachen for burial, carrying with him the imperial insignia for the next emperor, St. Henry II. His relations with the new emperor were not the best, but Heribert served the new ruler loyally.
As time went on, the new emperor learned to appreciate the qualities of his chancellor and toward the end of their lives the two saints were very close. All the money he could spare from his own personal income, Heribert gave to the poor, sent money to priests throughout his diocese to help the destitute, and even went to hospitals and private homes to help the poor and the sick. During a great drought in the city, he led a procession through the streets of the city to the church of St. Severinus, and when he rose from his knees at the altar, a torrential rain came down and the year's harvest was saved. People in that part of Germany still pray to him for rain.
While on a pastoral visitation of his diocese, Heribert became ill with fever and had himself brought back to Cologne. He died a few days later and was buried at the monastery of Deutz, which he had founded with the help of Emperor Otto III. He was revered as a kindly bishop who gave himself intensely to prayer and poured the riches of his own spiritual life on his people. The confidante of emperors, he never lost touch with the God he served or the people to whom he was father and shepherd. He died in the year 1021.
Thought for the Day: Sometimes we can be put in what seems an impossible situation, with duties and obligations that seem to contradict each other. Politics and religion do not mix very well, but some are called to have one foot in both. What is important is that God should come first; then everything else falls into place.
From 'The Catholic One Year Bible': . . . "Don't be afraid!" he said. "I bring you the most joyful news ever announced, and it is for everyone! The Savior—yes, the Messiah, the Lord—has been born tonight in Bethlehem! How will you recognize him? You will find a baby wrapped in a blanket, lying in a manger!"—Luke 2:10-12
Taken from "The One Year Book of Saints" by Rev. Clifford Stevens published by Our Sunday Visitor Publishing Division, Our Sunday Visitor, Inc., Huntington, IN 46750.
www.ewtn.com/library/MARY/HERIBERT.HTM