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Efraín
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32- De la Confianza en la Protección de María Santísima, Meditación de San Alfonso María de Ligorio. San Alfonso María de Ligorio nos dice en su Meditación 32: "De la confianza en la protección de …Más
32- De la Confianza en la Protección de María Santísima, Meditación de San Alfonso María de Ligorio.

San Alfonso María de Ligorio nos dice en su Meditación 32: "De la confianza en la protección de María Santísima", de la poderosa abogada en el cielo que tenemos todos en la Santísima Virgen María, refugio seguro de pecadores. Por muy grande que sea el pecador, aunque se considere ya condenado por sus maldades, no debe desesperar todavía. María es piadosísima y quiere ayudar a salvar a todos los hombres, muchos que se consideraban perdidos tuvieron esa dichosa inspiración de dirigirse a María Santísima, de acogerse a su protección; ella nunca les ha fallado con su intercesión ante Dios, por ser Madre de Dios nada le es negado en el cielo si ruega por nosotros; nuestro Señor Jesucristo todo le concede a su amadísima Madre, para recompensar así el favor que de ella recibió, nada le negó ella en la tierra y Él no quiere negarle nada en el cielo. La única condición que pide La Santísima Virgen María es la firme resolución de mudar de vida, así todo pecador estará seguro de alcanzar la salvación con su amparo maternal.

La Santísima Virgen María es abogada clementísima, piadosísima. No mira la horrendas culpas del pecador sino la intención que lo mueve a pedir su protección. Desdichado eternamente, aquél que pudo acudir a su bondad y protección para salvarse y no lo hizo, será un dolor muy grande para él considerar lo poco que pudo haber hecho de su parte para salvarse. María es Madre de misericordia y tiene sus ojos fijos tanto en justos como en los pecadores; en los justos para derramar gracias y bendiciones sobre ellos que les ayuden a mantenerse en la virtud; en los pecadores para ayudarlos a dejar el pecado y volver a la amistad perdida con Dios. Como Madre de misericordia, ha sido puesta por Dios para ayudar a los mortales, a los más miserables, a los más infelices, que son los que más ayuda divina necesitan para salvarse. María Santísima no puede ni quiere dejar de conmoverse por aquellos que con gran humildad y dolor piden su ayuda; hasta al mismo soberbio Lucifer ayudaría si así lo pidiera y lo llevaría al cielo, pero Lucifer esta maldito por toda la eternidad y nunca lo hará; así, es lo mismo, con todos los condenados en el infierno, no piden clemencia porque no pueden arrepentirse de sus pecados, se quedan con la voluntad perversa con que murieron.

La Virgen María es conocida como Madre de misericordia y refugio de pecadores. Además, como Auxiliadora, pues a ninguno de los que se le encomiendan los desampara. Pero, no solo a los que se le encomiendan auxilia, también busca por si misma a los desdichados para defenderlos y salvarlos. María siempre esta dispuesta a socorrer en sus necesidades al que se lo suplica, es tan grande ese deseo de favorecernos y salvarnos que se da por ofendida con aquél que no le pide amparo y protección. María, por su intercesión ante su divino Hijo Jesús, es fuente segura de salvación.

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Meditación escrita 32: ·De la confianza en la protección de María", Meditación de San Alfonso María de Ligorio