La apostasía vaticana continúa -Miles Christi - 25/04/2023.
Francisco visitando un templo budista en Sri Lanka en 2015 ante un relicario
El 16 de abril el Vaticano emitió un nuevo documento interreligioso, destinado a los budistas, con motivo de una de sus festividades anuales, que es un dechado de modernismo [1], indiferentismo religioso y naturalismo. Los que hayan leído mis numerosas publicaciones al respecto ya saben a lo que me refiero. A quienes no estén al corriente de ellas aconsejo echar una mirada a los enlaces [2] que he puesto en nota de pie de página, ya que, francamente, no tengo ganas, tiempo ni energía para repetir acá los argumentos de siempre, buscando afanosamente variar la expresión de los mismos para aburrir lo menos posible a los pacientes lectores.
Me limitaré a decir que estamos ante un escrito absolutamente incompatible con la revelación divina y con la doctrina católica anterior al aggiornamento conciliar. Cualquiera que posea un conocimiento sólido de la Sagrada Escritura y del Magisterio de la Iglesia comprenderá esto de manera automática e indubitable al tomar conocimiento del mensaje de congratulación dirigido a los pobres seguidores de Buda [3], extraviados en las tinieblas del error y confortados en él por los herejes que ocupan el Vaticano, texto que transcribo íntegramente a continuación.
Una importante aclaración: a quienes no lograran percibir el carácter diabólico, herético y blasfematorio del documento, les sugeriría dedicar una parte de su precioso tiempo al provechoso estudio de la doctrina católica, recurriendo a fuentes seguras y a autores reconocidos -preferentemente preconciliares-, no contaminados por los múltiples, sibilinos y perniciosos errores propalados por la irresponsable y obcecada jerarquía eclesiástica desde la funesta asamblea conciliar convocada por “San” Juan XXIII para “abrir las ventanas de la Iglesia” y hacer entrar el aire infestado de la modernidad anticristiana. [4]
Mensaje del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso para la fiesta de Vesak 2023. [5]
“Budistas y cristianos: Sanando a la Humanidad herida y a la Tierra a través de Karuna y Ágape.”
Queridos amigos budistas: Este Dicasterio, antes conocido como Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, les envía sus cordiales saludos con motivo de Vesak, un tiempo festivo en el que celebran el nacimiento, la iluminación y la muerte de Buda. Que esta festividad los estimule una vez más a profundizar la comprensión de la naturaleza de duhkha (sufrimiento, insatisfacción), las condiciones que lo causan y cómo se puede superar.
La vida tiene su parte de sufrimientos y heridas, y las ocasiones festivas pueden proporcionar la necesaria distancia de nuestra rutina diaria para acercarnos a ellos con una mirada renovada. El aumento de la comunicación en el mundo globalizado de hoy nos ha hecho conscientes de que los problemas que enfrentamos no son aislados; son el resultado de tensiones y males que enredan a toda la humanidad. Las heridas que aquejan al mundo son muchas: pobreza, discriminación y violencia; indiferencia hacia los pobres, servidumbre resultante de modelos de desarrollo que no respetan a la persona humana ya la naturaleza; el odio motivado y alimentado por el extremismo religioso y nacionalista; y sobre todo, una actitud desesperada ante la vida expresada a través de diversos tipos de ansiedad y adicción. Todas estas realidades exponen dolorosamente nuestra vulnerabilidad compartida.
La aguda conciencia de esta vulnerabilidad compartida exige nuevas formas de solidaridad moldeadas por nuestras respectivas tradiciones religiosas, a las que buscamos “respuestas a los enigmas no resueltos de la condición humana que conmueven profundamente el corazón de los hombres” (cf. Nostra Aetate, 1). Debido a que somos una familia humana, todos estamos relacionados entre nosotros como hermanos y hermanas, cohabitantes interdependientes de la tierra. Navegamos en el mismo barco, “donde los problemas de uno son los problemas de todos. Una vez más, nos damos cuenta de que nadie se salva solo; solo podemos salvarnos juntos” (Fratelli Tutti, 32). Es por esto que consideramos oportuno recordar el potencial de nuestras respectivas tradiciones religiosas para ofrecer remedios capaces de sanar nuestras dolorosas heridas, las de nuestras familias, nuestras naciones y nuestro planeta.
Queridos amigos budistas, ustedes ofrecen sanación cuando encarnan karuna -compasión hacia todos los seres, enseñada por el Buda (Sutta Nipata 1.8, Sutta Nipata 2.4)-, o cuando actúan desinteresadamente como lo hizo el Bodhisattva, quien renunció a entrar en el Nirvana y permaneció en el mundo para trabajar por el alivio del sufrimiento de todos los seres hasta su liberación. El Buda describe a una persona completamente informada por karuna: “Ella mora con la mente acompañada por la compasión, brindando una dirección. También, una segunda dirección. También, una tercera dirección. También, una cuarta dirección. Así arriba, abajo, alrededor, en todas partes, identificándose con todo, mora inundando el mundo de todos los seres con mente acompañada de compasión, extensa, sublime, ilimitada, sin enemistad, sin mala voluntad” (Abhidhamma Pitakaya Vibhanga b). Quienes moran con la mente acompañada de la compasión ofrecen un antídoto a las crisis globales que hemos mencionado, ofreciendo una compasión integral en respuesta a males generalizados e interconectados.
Del mismo modo, para los cristianos no hay remedio más eficaz que la práctica del ágape (amor desinteresado), el gran legado que Jesús dejó a sus seguidores. Jesús da a sus discípulos el don del amor divino -ágape- y les enseña a amarse unos a otros (cf. Juan 15, 13). Da el ejemplo de un hombre que se desvivió por cuidar a un extraño, enemigo de su pueblo, que había sido víctima de ladrones: “Un samaritano, yendo de camino, llegó a donde estaba; y cuando lo vio, tuvo compasión, y fue a él y vendó sus heridas, echando aceite y vino; luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó” (Lucas 10, 33-34). El samaritano demuestra una cercanía concreta respecto a la persona necesitada.
Quisiéramos reiterar el llamado del Papa Francisco a servir a los demás con compasión, a amar concretamente, no en abstracto, con un amor que “es gracia, generosidad, deseo de cercanía, amor que no duda en ofrecerse en sacrificio” para el amado. La caridad, el amor, es compartir con el que amamos en todas las cosas. El amor nos asemeja, crea igualdad, derriba muros y elimina distancias” (Mensaje de Cuaresma 2014). Asimismo, el énfasis de Buda en el entrenamiento del corazón es especialmente valioso a medida que avanzamos juntos en nuestros esfuerzos por lograr la curación: “Desarrolla la meditación en la compasión; porque cuando uno desarrolla la meditación en la compasión, se abandona cualquier crueldad” (Maharahulovada Sutta MN 62).
Que todos nos esforcemos por vivir con mayor amor y compasión, y trabajemos juntos para construir un mundo más justo, pacífico y unido. Que podamos “irradiar amor ilimitado hacia el mundo entero, arriba, abajo y a través, sin obstáculos, sin mala voluntad, sin enemistad” (Karaniya Metta Sutta Sn. 1.8). Y que disfruten, queridos hermanos y hermanas budistas, de abundantes bendiciones y la alegría de contribuir a la curación de las heridas de la sociedad y de la tierra, nuestra casa común.
Ciudad del Vaticano, 16 de abril de 2023 - Miguel Ángel Cardenal Ayuso Guixot, MCCJ, Prefecto - Mons. Indunil Kankanamalage, Secretario.
Añado un tercer signatario, el inspirador del texto: Satanás, Príncipe de este mundo y Padre de la mentira…
[1] Para comprender lo que es el modernismo, la herejía infiltrada en la Iglesia a fines del siglo XIX, condenada por San Pío X a comienzos del siglo pasado en su encíclica Pascendi, metamorfoseada en «nouvelle théologie» a partir de los años 30', condenada por Pío XII en 1950 en su encíclica Humani Generis y finalmente triunfante desde el CVII -gracias a sus valedores, los criptomodernistas Roncalli y Montini-, recomiendo la lectura del libro “Apostasía vaticana. Hacia la religión mundial del Anticristo”:NOVEDAD EDITORIAL: APOSTASÍA VATICANA., recientemente publicado en Buenos Aires, y de los siguientes artículos: “Francisco, Teilhard de Chardin y el panteísmo”: Francisco, Teilhard de Chardin y el panteísmo. y “Francisco niega la existencia del infierno”: Francisco niega la existencia del infierno.
[3] Un par de precedentes de esta misiva, entre tantísimos otros que se podrían evocar: “Una peregrinación educativa interreligiosa puede ser una fuente de gran enriquecimiento, ofreciéndonos múltiples oportunidades para encontrarnos, aprender unos de otros y apreciar nuestras diversas experiencias. La cultura del encuentro tiende puentes y abre ventanas a los valores y convicciones sagradas que inspiran a los demás. Derriba los muros que dividen a las personas y las mantienen prisioneras de las ideas preconcebidas, los prejuicios o la indiferencia (…) espero que esta peregrinación educativa os lleve, guiados por los pensamientos de vuestro maestro espiritual Buda, a un encuentro más profundo con vosotros mismos y con los demás.” Francisco, discurso a una delegación de la Asociación Unida de Budismo Humanista el 16/03/2023: To a Delegation of the United Association of Humanistic Buddhism (Taiwan) (16 March 2023) | Francis
“En un momento en que la familia humana y el Planeta enfrentan múltiples amenazas, el diálogo amistoso y la estrecha colaboración son aún más necesarios. Desafortunadamente, de todos lados escuchamos el grito de una humanidad herida y una Tierra desgarrada. Buda y Jesús entendieron la necesidad de superar el egoísmo que genera conflicto y violencia. El Dhammapada resume así las enseñanzas de Buda: ‘Evita el mal, cultiva el bien y purifica tu mente: esta es la enseñanza de Buda’ (Dph 183). Jesús dijo a sus discípulos: ‘Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros. Como yo os he amado, así también os amáis unos a otros’ (Jn 13,34). Es nuestra tarea hoy llevar a nuestros respectivos fieles a un sentido más vivo de la verdad de que todos somos hermanos y hermanas. Y eso implica que debemos trabajar juntos para cultivar la compasión y la hospitalidad hacia todos los seres humanos, especialmente hacia los pobres y marginados.” Discurso a una delegación budista de Tailandia el 17/06/2022: Alla Delegazione Buddista dell'Assemblea Sangha di Chetuphon, Thailandia (17 giugno 2022) | Francesco - Ver también “Superar el egoísmo con Buda y Jesús”: "SUPERAR EL EGOÍSMO CON BUDA Y JESÚS"
[4] “Abramos las ventanas de la Iglesia. Quiero abrir ampliamente las ventanas de la Iglesia, con la finalidad de que podamos ver lo que pasa al exterior, y que el mundo pueda ver lo que pasa al interior de la Iglesia.” Citado por Muriel du Souich, L’Église se met à jour, en Vatican II d´hier à aujourd´hui, revista La Croix, hors-série, Bayard Presse, Francia, noviembre de 2009, p. 8. Abramos la ventanas de la Iglesia – Una reflexión 50 años después de Vaticano II
“El día 25 de enero de 1959 el Papa Juan XXIII anunciaba a los cardenales reunidos en la basílica de san Pablo de Roma la convocatoria de un concilio ecuménico. Los cardenales y el mundo entero recibieron el anuncio con sorpresa. Hacía menos de tres meses que Juan XXIII había sido elegido Papa. Muchos hablaban de un pontificado de transición, dada la edad del cardenal Roncalli. El mismo Papa sabía que su pontificado no iba a ser muy largo. Por eso tenía prisa: había que convocar un concilio. Ese fue el anuncio del día 25 de enero a los cardenales y al mundo (…) ¿Se trataba de continuar las tareas del concilio Vaticano I, interrumpido antes de su terminación? ¿Había que lanzar anatemas y condenas sobre los nuevos errores que invadían el mundo? ¿Había que enfrentarse a una renovación de la Iglesia como se venía pidiendo desde hacía tanto tiempo? ¿Para qué un concilio ecuménico? Las preguntas surgían en todas partes. ¿En qué había consistido la inspiración del Papa ese día 25 de enero? El Papa respondería con claridad a esas preguntas. “Quiero, repetirá una y otra vez, abrir las ventanas de la Iglesia para que podamos ver hacia afuera y para que desde afuera pueda verse el interior”. (…) El Papa Juan XXIII vio la necesidad de abrir ventanas y de establecer un diálogo en ese mundo dividido. La Iglesia tenía que conocer lo que había más allá de sus muros (…) Hoy podemos ver los documentos del concilio, los cambios que se produjeron en la Iglesia, las ventanas que se abrieron, los diálogos que se instauraron. Pero podemos ver también los miedos a dejar atrás una Iglesia encerrada en dogmatismos, imposiciones y censuras, y a abrirse a una Iglesia de diálogo y de escucha: una Iglesia de ventanas abiertas.” Abrir ventanas en la Iglesia
