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Conde de Tilly, angeles Católicos. Johann Tserclaes, conde de Tilly +1632, conocido como el monje con armadura, fue un maestre de campo español nacido en los Países Bajos Españoles que comandó las …Más
Conde de Tilly, angeles Católicos.

Johann Tserclaes, conde de Tilly +1632, conocido como el monje con armadura, fue un maestre de campo español nacido en los Países Bajos Españoles que comandó las fuerzas hispano-imperiales durante la guerra de los Treinta Años, un conflicto político-religioso generado por la reforma protestante y el robo de las propiedades eclesiásticas. La intervención paulatina de las distintas potencias europeas convirtió gradualmente el conflicto en una guerra general por toda Europa, llegó a su final con la Paz de Westfalia, que también termino la guerra de los Ochenta Años entre España y los Países Bajos. Permitió la libertad de culto y al ser el protestantismo reconocido como religión. Marco la decadencia de España y Austria y la Iglesia Catolica. Por primera vez, la noción de Patria y Religión estaban separados. El conde de Tilly aprendió el arte militar de maestres tan notables como Alejandro Farnesio tio de Don Juan de Austria, quien dirigió la liga santa contra los Musulmanes en la batalla de lepanto. Bajo su mando se lograron importantes victorias contra los protestantes alemanes y más tarde contra los daneses, hasta que le derrotaron las fuerzas de Gustavo II Adolfo de Suecia. Junto con el duque Albrecht von Wallenstein de Friedland y Mecklemburgo, fue uno de los dos comandantes en jefe de las fuerzas del Sacro Imperio Romano Germánico. La liga Católica en contra los protestantes. Es considerado uno de los estrategas más notables de la historia, durante la guerra, estaba un día asistiendo a misa, cuando le avisaron que estaban siendo atacados. Tilly, ordenó disponer todo para la defensa, diciendo que él asumiría el control, una vez terminada la misa. Al terminar la misa las fuerzas enemigas ya habían sido rechazadas. Al preguntar quién había dirigido la defensa, le dijeron que él mismo había sido. El mariscal respondió: “Yo he estado en la Iglesia, asistiendo a la misa y acabo de llegar. No he tomado parte en la batalla”. Entonces, le dijeron “Habrá sido entonces, su ángel quien ha tomado vuestro puesto y figura. Todos los oficiales y soldados le hemos visto a usted en persona, dirigiendo la batalla”.