Sínodo de Francisco ahora incluye también a polígamos
El cardenal Mario Grech y sus cómplices presentaron el 27 de octubre un documento de trabajo de 44 páginas del sínodo final de Francisco en una conferencia de prensa.
Pide una “reforma” institucional y estructural [= decadencia] de la Iglesia “a todo nivel”, quiere un “espacio más acogedor” para aquéllos que sienten “una tensión” entre una [supuesta] pertenencia a la Iglesia y “sus propias relaciones amorosas [!]”, como los adúlteros, los padres solteros, los polígamos y -por supuesto- los homosexuales.
El documento exige la administración de los sacramentos a adúlteros y polígamos (sic) y quiere un “diálogo” con los sacerdotes católicos caducos.
Aunque la participación de los fieles en el Sínodo fue pésima (menos del 1%) y muy por debajo de las expectativas originales, el documento afirma que la participación “superó todas las expectativas”.
Otra pieza de propaganda es el supuesto “deseo de inclusión radical - nadie está excluido”, mientras que todo el mundo sabe que los católicos de a pie están excluidos en el Vaticano extremista de Francisco. Con sarcasmo, Grech repitió que “el proceso sinodal es para escuchar a todos”, mientras que todo lo deciden Francisco y sus adláteres.
Expresó su fingida sorpresa por el hecho de que confluyeron “muchas aportaciones [=sobre temas por debajo del cinturón] de diferentes contextos eclesiales y culturales”.
En un momento dado, Grech fue algo sincero, porque los cardenales, los políticos y otros mentirosos suelen querer decir lo contrario de lo que dicen. Declaró: “No estamos impulsando una agenda”.
#newsHkmajgjesq
Pide una “reforma” institucional y estructural [= decadencia] de la Iglesia “a todo nivel”, quiere un “espacio más acogedor” para aquéllos que sienten “una tensión” entre una [supuesta] pertenencia a la Iglesia y “sus propias relaciones amorosas [!]”, como los adúlteros, los padres solteros, los polígamos y -por supuesto- los homosexuales.
El documento exige la administración de los sacramentos a adúlteros y polígamos (sic) y quiere un “diálogo” con los sacerdotes católicos caducos.
Aunque la participación de los fieles en el Sínodo fue pésima (menos del 1%) y muy por debajo de las expectativas originales, el documento afirma que la participación “superó todas las expectativas”.
Otra pieza de propaganda es el supuesto “deseo de inclusión radical - nadie está excluido”, mientras que todo el mundo sabe que los católicos de a pie están excluidos en el Vaticano extremista de Francisco. Con sarcasmo, Grech repitió que “el proceso sinodal es para escuchar a todos”, mientras que todo lo deciden Francisco y sus adláteres.
Expresó su fingida sorpresa por el hecho de que confluyeron “muchas aportaciones [=sobre temas por debajo del cinturón] de diferentes contextos eclesiales y culturales”.
En un momento dado, Grech fue algo sincero, porque los cardenales, los políticos y otros mentirosos suelen querer decir lo contrario de lo que dicen. Declaró: “No estamos impulsando una agenda”.
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