ADRIAN RIVERA
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Lo que de la boca sale, del corazón procede... Hablamos de lo que sentimos, pero creemos que al ver, oír y tocar es sentir, la carne lo siente, es un bebé berrinchudo que lloriquea sino tiene lo que …Más
Lo que de la boca sale, del corazón procede...

Hablamos de lo que sentimos, pero creemos que al ver, oír y tocar es sentir, la carne lo siente, es un bebé berrinchudo que lloriquea sino tiene lo que quiere, pero eso no es sentir, se siente con el alma, no con el cuerpo.

Por eso no sentimos a la iglesia católica, de como sufre, pasando su pasión como la pasó Jesucristo, no la sentimos porque estamos sedados y drogados por el mundo, el demonio y la carne (enemigos del alma).

Mientras no sientas y busques tú conversión, de convertirte en mejor alma, no en mejor persona, el mundo te enseña a ser mejor persona, la iglesia católica a ser Santo, que es la entrada para entrar al cielo.

Por no conocer y tener fé en las escrituras, nos envuelven los protestantes con su música, convivios, hermandad y vemos humanamente las cosas, naturalmente, en vez de verlas sobrenaturalmente, espíritualmente.

Dios puso pautas a seguir para que con ellas, nosotros, seamos obedientes y pasemos de buscar las cosas naturales del hombre, a buscar las cosas sobrenaturales de Dios.

El pueblo de Dios en la antigüedad, desde Noé, Abraham, Isaac, Moisés, Jacob, etc, desde una religión natural por instintos, pasando por una religión de normas y reglas, hasta pasar a una religión sobrenatural, espíritual, desde el nacimiento de Jesucristo hasta ahora.

Todo es un cambio, una perfección que debemos alcanzar siendo primeramente obedientes a Dios y sus normas, por eso desde el judaismo se cambió al Cristianismo, desde el sacerdocio judío de Aarón, hasta el sacerdocio al estilo de Melquisedec con pan y vino, ya no con animales, por eso Jesús vino a establecer su Reino que entregará al Padre, un reino espiritual y por eso hay que caminar hacia él.

El Imperio Romano comenzó en el 27 a.C. cuando se inició el nombramiento de César Augusto como emperador y la finalización unos siglos después en el año 476 d.C., el latín y el griego eran sus lenguas principales, por eso también Jesús, vino a establecer un nuevo testamento, unas nuevas reglas, a perfeccionar las, a unirlas, ya que el pueblo hebreo se regia por las leyes de Moisés, dentro del judaismo para dar paso al Cristianismo de Jesús.

Ya no eran sinagogas judías, sino iglesias Cristianas, católicas, por eso en el tiempo de San José, Santa Ana, San Joaquín y la virgen, existía un conjunto de libros sagrados que se leían en esos tiempos dentro de la herencia judía de esos tiempos, de la biblia hebrea de leyes Morales y físicas a su transformación y perfección hasta formar la biblia griega, llamada "SEPTUAGINTA", que es la más antigua traducción del Antiguo Testamento del hebreo a una lengua distinta, en este caso, al griego helenístico, koiné o el griego común que se hablaba en Egipto por aquellos tiempos.

La gran mayoría de las referencias del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento están tomadas de la biblia griega Septuaginta (LXX), escrita entre el 280 y 30 a.C, que incluye los libros deuterocanónicos.

La Septuaginta fue ampliamente aceptada y utilizada por los judíos de habla griega en el siglo I, incluso en la región de Judea, y por lo tanto, naturalmente se convirtió en el texto más ampliamente utilizado por los primeros cristianos, que eran predominantemente de habla griega.

Por eso en el tiempo de Jesús, como todavía no existía el nuevo testamento, se basan en la biblia griega, la septuaginta, donde el griego y el latín, eran las lenguas oficiales del imperio Romano.

La Vulgata es una traducción de la Biblia hebrea y griega al latín, realizada a finales del siglo IV (en el 382 d.C.), por Jerónimo de Estridón. ... Las traducciones del Antiguo Testamento provenían casi todas de la Septuaginta griega.

La Biblia, tal y como la conocemos, fue recopilada por primera vez en la historia en el siglo III antes de Cristo, cuando setenta sabios judíos fueron invitados por el rey Ptolomeo II a acudir a Alejandría para aportar a la famosa biblioteca la historia del pueblo de Israel (lo que hoy llamamos el Antiguo Testamento).

El canon bíblico de la Iglesia católica reconoce 73 libros como parte de la Sagrada Escritura. Comprende 46 escritos para el Antiguo Testamento, y 27 para el Nuevo Testamento.

La palabra canon deriva del nombre griego "kanon", que significa "caña" o "vara", o también "norma" o "medida", que a su vez se deriva de la palabra hebrea "kaneh" que se utiliza a menudo como un estándar de medición o también para medir cosas en buen estado.

Por extensión pasó a significar «la norma recta» o correcta y la lista de los documentos o conceptos que conforman dicha norma, por eso dice la biblia:

Apocalipsis 11, 1 "Luego me fue dada una caña de medir parecida a una vara..."

Apocalipsis 21, 15-17 "El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muralla. La ciudad es un cuadrado: su largura es igual a su anchura. Midió la ciudad con la caña, y tenía 12.000 estadios. Su largura, anchura y altura son iguales. Midió luego su muralla, y tenía 144 codos - con medida humana, que era la del Ángel."

"Caña", "Norma", "Canon" que hay que seguir y obedecer, santidad, perfección, espiritualidad, son los requisitos de admisión para ser gratis a los ojos de Dios, donde ya hemos visto que 144(12X12), es la perfección del pueblo de Dios, un reino de sacerdotes, una nación santa, donde el sacerdocio ministerial se une al sacerdocio comunión de los fieles, unidos todos dándole el culto que Dios se merece en su casa, en la santa misa.

Hacia el año 95 de la Era Cristiana, llegaron a un consenso sobre la lista (o canon) de los libros hebreos que habrían de ser parte del Tanaj judía(biblia hebrea), quedando establecido así el llamado Canon Palestinense para la mayoría de los judíos de habla y cultura hebrea, a principios del Siglo II de la Era Cristiana. El Canon Palestinense significó el rechazo de una serie de textos que grupos de maestros judíos de habla griega habían incluido en el llamado Canon Alejandrino, o Biblia de los Setenta, en los Siglos II y I a.C.

Los fariseos convocaron a un Concilio en Jamnia o yamnia (año 95), donde fijaron una lista de las escrituras excluyendo a todos los libros escritos en Griego, porque según ésto, Dios sólo podía haber hablado en la lengua del pueblo elegido, el judío.

Este Concilio no fue un Concilio Cristiano, fue judío, de fariseos y anticristiano.Los apóstoles habían usado la biblia Griega, sin hacer distinción de todos sus libros.

La Vulgata es una traducción de la Biblia hebrea y griega al latín, realizada a finales del siglo IV, por Jerónimo de Estridón. Fue encargada por el papa Dámaso I dos años antes de su muerte.

El papa San Dámaso I en el año 382, donde dijo que esos 73 libros, los del antiguo testamento (46)+ los del nuevo testamento (27), conforman la biblia, que es un conjunto de deberes para con Dios.

Fue en el Concilio de Roma del año 382, cuando la Iglesia católica junto al papa San Dámaso I instituyeron el Canon Bíblico con la lista del Nuevo Testamento similar al de san Atanasio y los libros del Antiguo Testamento de la Versión de los LXX. Esta versión fue traducida del griego al latín por san Jerónimo (la Vulgata).

El concilio de Trento fijó el canon de la Iglesia católica declarándolo dogma.

El primer canon desarrollado de lo que se conoce como Antiguo Testamento(AT) es el Canon Alejandrino, o código de Alejandria, comúnmente llamado Septuaginta o "Biblia de los Setenta". o biblia Griega.

Así el llamado Canon Palestinense o de palestina, para la mayoría de los judíos de habla y cultura hebrea, a principios del Siglo II, era el que predominaba, porque no entendieron lo que Jesús quería decir.

El emperador Constantino, durante su reinado (306-312), dió luz verde para que se pararan las persecuciones al Cristianismo y floreciera la doctrina de Jesucristo.

Es en el Concilio de Trento en 1546, como reacción contra la crisis abierta por los reformadores protestantes, donde se fija solemne y definitivamente la lista de libros (un total de 73, 46 AT y 27 NT).

El Canon Alejandrino o código de Alejandria, utilizado por los primeros cristianos, es una traducción del hebreo al griego, que incluía una serie de libros que fueron rechazados del canon del Tanaj judío, mas fueron recibidos por el Cristianismo de los primeros siglos. En la Iglesia católica se les denomina «deuterocanónicos» a estos libros. La Iglesia Protestante los denomina «apócrifos».

“Deuterocanónico” significa “del segundo canon”, en contraposición a la voz “protocanónico”, que significa “del primer canon”.

Cuando en el año 382 se forma el Canon que más tarde sería conocido como "la Biblia" por obra del Papa Dámaso I, para la formación del Antiguo Testamento se usa casi la totalidad de la Septuaginta, pero excluyendo algunos libros por consejo de San Jerónimo, entre los cuales están los Libros III y IV de los Macabeos, el Libro III y IV de Esdras, el Libro de Enoc, el Libro de los Jubileos y el Libro II, III y IV de Baruc.[8] Este es el canon que rige hasta hoy en día en la Iglesia católica.

La Biblia griega no sólo traduce todos los libros de la Biblia hebrea, sino que añade nuevos libros escritos en griego. La Biblia hebrea tiene 22/24 libros, según se cuente, pero la Biblia griega tiene más libros, la Septuaginta (Antiguo Testamento griego), hasta llegar a 46.

Es la primera traducción de la Biblia al griego en el siglo III a.C., en Alejandría, en el marco de la política cultural del rey Ptolomeo II Filadelfo (285-246 a.C), que quería reunir todos los libros del mundo en la mítica Biblioteca fundada por su padre. Se llama así, Septuaginta, LXX, o los Setenta, por los setenta traductores.

La sabiduría oriental del pueblo de Israel, condensada en la Biblia hebrea, pasó de una lengua semítica a una indoeuropea, el griego, entonces lengua común del mundo civilizado. Al adoptarse luego la Septuaginta como Biblia oficial del cristianismo, acompañó a la evangelización por el Imperio romano, y fue, a su vez, traducida a las principales lenguas vernáculas, tanto orientales como occidentales, de la Antigüedad tardía.

La diferencia entre el Talmud y el Torá es que el judaísmo considera al Talmud como la tradición oral más importante del reino judío,mientras que el Torá es considerado como la tradición escrita más importante del pueblo judío.

El estudio de la Torá es el estudio del Pentateuco, los cinco primeros capítulos de la Biblia hebrea.

Un registro temprano de los libros deuterocanónicos se encuentra en la temprana traducción al griego koiné de la Septuaginta desde las Escrituras judías. Esta traducción fue ampliamente utilizada por los primeros cristianos, y es la que más a menudo es citada (300 de 350 citas, incluyendo muchas de las palabras de Jesús) en el Nuevo Testamento cuando se cita la Biblia hebrea.

Por eso nuestra religión y culto tiene raíces judeo-Cristianas, de la sombra de lo que se asomaba en la biblia hebrea, se vive espíritualmente en la biblia católica, antes del CVII, donde lamentablemente las biblias modernas, después del CVII, están muy adulteradas, contaminadas y desdivinizadas por la masonería eclesiástica, yo recomiendo la biblia Nácar Colunga 1944 1a. Edición.