FELIZ NAVIDAD PARA TODOS.

Muy ilustres señoreS … Jesús sea con vuestras señorías … Jesús sea con ella, hija mía… Así la Madre Teresa empieza sus cartas. Nosotras diríamos: Queridos amigos… Paz, es Navidad.

Os contamos el belén de éste año aquí en Daimiel, el belén de la iglesia, por la casa encontraríais otros.

Mirad: con papel hemos querido hacer una cuerva medio destartalada, pero en la que no falta nada.

Veréis… está la estrella. Sí, esa que dirigió a los Magos venidos de Oriente, la estrella que ilumina la historia, la de ahora, esa que ilumina también en la crisis económica, cuando uno dice: “pero esto se pone demasiado negro”. ¡Eh!... la estrella alumbra, alumbra también ahora en tus circunstancias concretas.

Sigamos… ¿no veis? Es S. José. Se ha asomado al agujero de la cueva para decir a los pastores, a la gente de buena voluntad, ¡VENID! Cuanto nos has dicho José con tu vida oculta, silenciosa… Qué bien has hecho tu papel, en tu familia, la que Dios te tenía preparada.

Miremos los pastores. ¿veis? Se admiran, ¡uf! Nos sale ante la belleza que descubrimos en una florecilla, o en una puesta de sol.

¿Qué pasa? ¡uf! No es un niño cualquiera, aquí hay algo más…

Veamos…”los niños no pueden faltar en la vida. No puede faltar la inocencia, la simplicidad, la alegría, aún en la enfermedad son capaces de jugar… Ahora cantan y cantan ¡Ha nacido el Salvador, el Mesías el Señor.

Vamos a los personajes más importantes.

MARÍA, ya se ha pasado tu apuro, tu preocupación al no haber sido acogidos en la posada, ¿qué hacer? ¿dónde vamos? “Mi hijo”, Señor, ya nace…

Ahora, María tienes paz ¡Qué feliz te vemos! Contemplas el misterio, creo… me fio de ti, Señor.

EL NIÑO, ¿veis? ¡que sencillo hace Dios las cosas! ¿por qué nos complicamos tanto?, Te adoramos Señor.

Toma, toma nuestras personas, cámbianos, implanta una chispa de tu amor, el que has venido a traer en la tierra. ¡Basta de guerras! ¡Basta de odios!

Señor, y ¿por qué no empezar nuevas relaciones? ¿por qué no perdonarnos?.

¡Oh! Dios. Entra, entra en casa, ven, cena con nosotros, es Navidad.

Un momento, se me olvidaba, pues estamos en la Mancha, ¿cómo no prepararte una buenas migas y unas gachas?, no podían faltar esas pequeñas cosas, normales, ordinarias de la vida.

¿Está todo? ¡NO! Falta la mula y el buey, un poquito de musgo… una ovejilla.

Salgamos, caminemos. Aún falta, vivamos con el Papa Francisco, “La alegría del Evangelio”.

¡Feliz Navidad! Queridos amigos