Un acolito se cambió su ropa de acólito después de Misa, se puso su ropa para el frío y le dijo al Sacerdote:
‘OK, padrecito, ¡estoy listo.’
El sacerdote le dijo: ‘¿Listo para qué?’
‘Padre, es hora de salir a repartir nuestros volantes.’
El sacerdote le respondió: ‘Hijo, hace mucho frío y además está lloviznando.’
El acolito miró sorprendido al sacerdote y le dijo: ‘Pero Padrecito la gente necesita saber de Dios aún en los días lluviosos.’
El sacerdote contestó: ‘Hijo yo no voy a salir con este tiempo.’
Con cierta ansiedad, el acólito dijo: ‘Padre, ¿puedo ir yo solo? ¿Por favor?’
El sacerdote dudó un momento y luego le dijo: ‘Está bien, puedes ir. Aquí tienes los volantes; pero ten cuidado.’
‘¡Gracias padrecito!’
Acto seguido, el acólito salió a la lluvia. El acolito era un hombre de 11 años recorrió todas las calles del pueblo, repartiendo los volantes a las personas que veía.
Después de 2 horas de caminar con frío bajo la lluvia y con su último volante, se detuvo …Más
Proverbios 10:7:
"El recuerdo del justo sirve de bendición;
el nombre de los malos se pudre".