CHISPAS DE LUZ - DÍA 15 DE ENERO. HUMILDAD Desde hace bastantes años, la ciencia se ha posicionado en el centro de nuestro mundo y desde allí, como una diosa infalible, dictamina lo que es verdad y lo …Más
CHISPAS DE LUZ - DÍA 15 DE ENERO.
HUMILDAD
Desde hace bastantes años, la ciencia se ha posicionado en el centro de nuestro mundo y desde allí, como una diosa infalible, dictamina lo que es verdad y lo que es mentira; y pobres de los que la contradigan; sus serviles súbditos, les arrojan al infierno de la risa, del desprecio y del olvido.
Los matemáticos lo llaman el teorema de Gödel, por su descubridor Kurt Gödel. Yo lo llamo el teorema de la humildad intelectual. Los matemáticos lo aplican a los sistemas fundamentales de su ciencia. Yo lo aplico a la vida, porque este teorema enseña mucho sobre la vida.
Lo que uno espera de un de un sistema matemático son dos cualidades. La primera que esté libre de contradicciones. Es decir, que si dos y dos son cuatro, no sean cinco al mismo tiempo. Y la segunda, que no tenga lagunas indecisas, sin clarificar o definir. Es decir, que si pregunto si dos y dos son cuatro, se me pueda responder categóricamente que sí, sin que quede la pregunta en el aire, sin respuesta clara.
Pero Gödel, demostró que pedir estas dos cualidades a las matemáticas es demasiado. Su célebre teorema establece que los grandes sistemas matemáticos no pueden cumplir con las dos condiciones a la vez. Es decir, que tienen que elegir y decidirse por una solamente. O eligen estar libres de contradicciones, con lo cual necesariamente van a tener proposiciones indefinibles. O eligen tener una respuesta para cada proposición matemática, con lo cual han de admitir contradicciones.
El teorema de Gödel es una llamada a la modestia, a la humildad, para la ciencia más exacta de todas las ciencias: las matemáticas. Y si esto ocurre con ella, ¿qué no ocurrirá con la vida?
Ideologías, sistemas, teorías, análisis políticos, económicos, sociales, pretenden imponerse con lógica absoluta y absolutista, con certeza total, garantía irrefutable, verdad axiomática. Seamos humildes con respecto a la ciencia y sobre todo con respecto a la vida. Nuestro cerebro no da para tanto. La matemática, por una vez, nos da ejemplo.
HUMILDAD
Desde hace bastantes años, la ciencia se ha posicionado en el centro de nuestro mundo y desde allí, como una diosa infalible, dictamina lo que es verdad y lo que es mentira; y pobres de los que la contradigan; sus serviles súbditos, les arrojan al infierno de la risa, del desprecio y del olvido.
Los matemáticos lo llaman el teorema de Gödel, por su descubridor Kurt Gödel. Yo lo llamo el teorema de la humildad intelectual. Los matemáticos lo aplican a los sistemas fundamentales de su ciencia. Yo lo aplico a la vida, porque este teorema enseña mucho sobre la vida.
Lo que uno espera de un de un sistema matemático son dos cualidades. La primera que esté libre de contradicciones. Es decir, que si dos y dos son cuatro, no sean cinco al mismo tiempo. Y la segunda, que no tenga lagunas indecisas, sin clarificar o definir. Es decir, que si pregunto si dos y dos son cuatro, se me pueda responder categóricamente que sí, sin que quede la pregunta en el aire, sin respuesta clara.
Pero Gödel, demostró que pedir estas dos cualidades a las matemáticas es demasiado. Su célebre teorema establece que los grandes sistemas matemáticos no pueden cumplir con las dos condiciones a la vez. Es decir, que tienen que elegir y decidirse por una solamente. O eligen estar libres de contradicciones, con lo cual necesariamente van a tener proposiciones indefinibles. O eligen tener una respuesta para cada proposición matemática, con lo cual han de admitir contradicciones.
El teorema de Gödel es una llamada a la modestia, a la humildad, para la ciencia más exacta de todas las ciencias: las matemáticas. Y si esto ocurre con ella, ¿qué no ocurrirá con la vida?
Ideologías, sistemas, teorías, análisis políticos, económicos, sociales, pretenden imponerse con lógica absoluta y absolutista, con certeza total, garantía irrefutable, verdad axiomática. Seamos humildes con respecto a la ciencia y sobre todo con respecto a la vida. Nuestro cerebro no da para tanto. La matemática, por una vez, nos da ejemplo.