Éste era el estado de los seminarios bajo Benedicto XVI
El famoso periodista Aldo Maria Valli ha estado publicando anécdotas de sacerdotes que cuentan sus experiencias durante su tiempo en el seminario. La última fue la del padre A., quien frecuentaba un seminario en el norte de Italia durante el pontificado de Benedicto XVI. El padre A. fue ordenado sacerdote hacia el 2010.
En el 2007, en una clase sobre el Concilio Vaticano Segundo, se les dijo a los alumnos que, antes del Concilio, los fieles eran “todos ignorantes” y “no entendían nada”. Entonces Juan XXIII “abrió las ventanas” y “el Espíritu entró en la Iglesia”. El padre A. levantó su mano y mencionó a su abuela profundamente fiel, nacida en 1903, y dijo sobre ella: “si comparáramos su fe preconciliar con la fe de los aquí presentes, ninguno de nosotros igualaría el amor que esta anciana señora tenía por Cristo”.
Aun cuando Ratzinger era el Papa, había clases en las que era presentado como un “teólogo sin profundidad”, como un “pequeño teólogo” que no dice nada nuevo y que es más “un historiador de la teología”. Imagínense si un profesor dijera algo parecido hoy sobre el papa Francisco: sería inmediatamente despedido.
El latín estaba totalmente prohibido en el seminario. Si alguien mostraba interés en él, era considerado una persona peligrosa y era observado con recelo. La sotana era igualmente desdeñada: ”¡Es un signo de separación del mundo!”. En realidad, la sotana permite a las personas reconocer a un sacerdote y acercarse a él. Incluso el papa Francisco utiliza una sotana.
A los futuros sacerdotes se les enseñaba sobre la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento del altar que “la hostia es simplemente un símbolo, ¡la presencia real está en el pobre y en la palabra!”. Acorde con esto, las Misas se celebraban en una forma chapucera y descuidada.
Un profesor borró el nombre de un teólogo durante una clase y un alumno preguntó: “disculpe, profesor, ¿este teólogo era católico o protestante?”. Irritado, el profesor respondió: “¿Cuál es el problema? ¿De qué tiene miedo? Todos ustedes se han vuelto sospechosos, desde que Ratzinger llegó a ser Papa”.
Publicado originalmente en inglés el 18 de julio de 2019, en This Was the State of the Seminaries Under Benedict XVI
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
En el 2007, en una clase sobre el Concilio Vaticano Segundo, se les dijo a los alumnos que, antes del Concilio, los fieles eran “todos ignorantes” y “no entendían nada”. Entonces Juan XXIII “abrió las ventanas” y “el Espíritu entró en la Iglesia”. El padre A. levantó su mano y mencionó a su abuela profundamente fiel, nacida en 1903, y dijo sobre ella: “si comparáramos su fe preconciliar con la fe de los aquí presentes, ninguno de nosotros igualaría el amor que esta anciana señora tenía por Cristo”.
Aun cuando Ratzinger era el Papa, había clases en las que era presentado como un “teólogo sin profundidad”, como un “pequeño teólogo” que no dice nada nuevo y que es más “un historiador de la teología”. Imagínense si un profesor dijera algo parecido hoy sobre el papa Francisco: sería inmediatamente despedido.
El latín estaba totalmente prohibido en el seminario. Si alguien mostraba interés en él, era considerado una persona peligrosa y era observado con recelo. La sotana era igualmente desdeñada: ”¡Es un signo de separación del mundo!”. En realidad, la sotana permite a las personas reconocer a un sacerdote y acercarse a él. Incluso el papa Francisco utiliza una sotana.
A los futuros sacerdotes se les enseñaba sobre la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento del altar que “la hostia es simplemente un símbolo, ¡la presencia real está en el pobre y en la palabra!”. Acorde con esto, las Misas se celebraban en una forma chapucera y descuidada.
Un profesor borró el nombre de un teólogo durante una clase y un alumno preguntó: “disculpe, profesor, ¿este teólogo era católico o protestante?”. Irritado, el profesor respondió: “¿Cuál es el problema? ¿De qué tiene miedo? Todos ustedes se han vuelto sospechosos, desde que Ratzinger llegó a ser Papa”.
Publicado originalmente en inglés el 18 de julio de 2019, en This Was the State of the Seminaries Under Benedict XVI
Traducción al español por: José Arturo Quarracino