Las dos Pascuas, de judíos y cristianos. Una carta inédita del Papa emérito
Por Sandro Magister
A 92 años del nacimiento y a 6 de su renuncia al papado, Joseph Ratzinger está siempre muy activo. Pocos días después de la clamorosa publicación de sus “Apuntes” sobre el escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia Católica, sale a la luz otro texto inédito suyo, del que se conocía la existencia, pero que sólo ahora se puede leer por entero, en este libro editado por Elio Guerriero:
> Benedetto XVI in dialogo con il rabbino Arie Folger, “Ebrei e cristiani”, Edizioni San Paolo, Cinisello Balsamo, 2019.
www.edizionisanpaolo.it/…/ebrei-e-cristia…
El texto que se ha hecho público ahora es la carta que el Papa emérito escribió al rabino jefe de Viena, Ariel Folger, en agosto del 2018.
El rabino Folger respondió esta carta el 4 de setiembre, con su carta también publicada en el libro.
Y a este intercambio epistolar le siguió el 16 de enero de este año una visita a Ratzinger, en su ermita vaticana, por parte del rabino Folger, del rabino Josh Ahrens, de Darmstadt, y de rabino Zsolt Balla, de Sajonia, miembro de la presidencia de la Conferencia de Rabinos Ortodoxos de Alemania.
“Fue una conversación intensa de una hora de duración”, comenta Folger en el prólogo al libro. “Encontré en él un pensador muy simpático y profundo al que le repugna el antisemitismo y el antijudaísmo en todas sus formas”.
Pero las cuestiones discutidas entre el Papa emérito y los rabinos no eran de poca importancia. Son desde siempre las más controvertida en la relación entre judaísmo y cristianismo: el Mesías, la Tierra prometida, la Alianza, el culto y los Mandamientos.
Ratzinger había discutido ampliamente estos temas en un escrito anterior de su autoría, entregado en el 2017 al cardenal suizo Kurt Koch, presidente de la Comisión vaticana para el Diálogo con el Judaísmo, y publicado al año siguiente en la revista teológica internacional “Communio”, en sus ediciones en alemán, en francés y en inglés (ésta última con el texto descargable en su totalidad) y por último en italiano, al comienzo del 2019, en la “Rivista di Vita Spirituale”.
Y a su vez este escrito de Ratzinger – con el título “Grazia e chiamata senza pentimento. Osservazioni sul trattato ‘De Iudaeis’” [Gracia y llamada sin arrepentimiento. Observaciones sobre el tratado “De Iudaeis”] – había seguido a un documento publicado en diciembre del 2015 por la Comisión vaticana presidida por el cardenal Koch, en el 50º aniversario de la Declaración “Nostra aetate” del Concilio Vaticano II.
En este documento, titulado “I doni e la chiamata di Dio sono irrevocabili” [Los dones y la llamada de Dios son irrevocables], se rechazaba ante todo, por parte católica, la llamada “teoría de la sustitución”, según la cual Israel, por haberse rehusado a reconocer a Jesucristo como Mesías, habría dejado de ser portador de las promesas de Dios, “sustituido” en esto por la Iglesia.
Además, se sostenía decididamente en ese documento que entre Dios y el pueblo de Israel perdura una “alianza jamás revocada”.
Ahora bien, a juicio de Ratzinger “ambas afirmaciones son fundamentalmente correctas, por muchos aspectos, pero imprecisas, por eso deben ser desarrolladas posteriormente en forma crítica”.
Y justamente todo su escrito del 2017 estaba dedicado a esta profundización. Que ha recibido rápidamente, después de su publicación en el verano del 2018, una tempestad de críticas por parte católica, especialmente por teólogos de lengua alemana, quienes reconocían en ese escrito “un peligro para el diálogo católico-judío” e incluso “la base para un nuevo antisemitismo”.
A uno de estos críticos, el teólogo de Wuppertal, Michael Böhnke, Ratzinger le contestó en la revista “Herder Korrespondenz” de diciembre del 2018.
Pero al mismo tiempo, por ese mismo escrito Ratzinger obtuvo interés y valoración en el campo judío, de lo cual se hizo expresión, entre otros, el rabino Folger, en un comentario publicado en “Jüdische Allgemeine” el 16 de julio del 2018, con el título interrogante: “Pericolo per il dialogo?”.
Es precisamente en respuesta a este comentario que Ratzinger escribió al rabino Folger la carta que ahora se hizo pública.
El libro editado por Elio Guerriero – durante veinte años director de la edición italiana de “Communio” y autor de una apreciada biografía de Benedicto XVI traducida en muchos idiomas – reúne esta secuencia de cartas y de documentos, entre los cuales tiene un lugar de gran relieve, por parte judía, también la Declaración del 2016 con el título “Tra Gerusalemme e Roma”, suscrita por las tres de las más importantes organizaciones religiosas judías: la Conferencia de Rabinos de Europa, el Consejo rabínico de América y el gran rabino del Estado de Israel.
Pero aquí basta citar los pasajes más sugestivos de la carta de Ratzinger de agosto del 2018. Comenzando por esta frase que ha sido recibida por Folger y por otros rabinos con calurosa aprobación y ha sido impresa en lugar destacado en la contraportada del libro: “En perspectiva humana este diálogo no llevará jamás a la unidad de las dos interpretaciones en el interior de la historia corriente. Esta unidad está reservada a Dios al final de los tiempos”.
Respecto a la esperanza mesiánica de Israel, escribe Ratzinger: “He intentado tomar ‘ex novo’ la totalidad de las promesas mesiánicas en su pluriformidad y de este modo comprender el ‘ya’ y el ‘todavía no’ de la esperanza en su íntima compenetración. La forma de espera mesiánica que se basa en la figura de David sigue siendo válida, pero limitada en su significado. La forma decisiva de esperanza para mí es Moisés, de quien la Sagrada Escritura dice que hablaba con el Señor cara a cara, como un amigo. Jesús de Nazareth se aparece a nosotros como la figura central de esperanza, porque está en una relación de tú a tú con Dios. A partir de esta nueva visión, el tiempo de la Iglesia aparece para nosotros ya no como el tiempo de un mundo definitivamente redimido, sino más bien el tiempo de la Iglesia es para los cristianos lo que para Israel fueron los cuarenta años en el desierto”.
En cuanto a la Tierra prometida, Ratzinger escribe que “el Estado de Israel en cuanto tal no puede ser considerado teológicamente como el cumplimiento de la promesa del territorio. En sí es un Estado laico”, pero que “tiene fundamentos religiosos totalmente legítimos”. En consecuencia, “considero que en la formación del Estado de Israel se puede reconocer en forma misteriosa la fidelidad de Dios a Israel”.
Por último, en cuanto a los mandamientos y al culto, Ratzinger escribe que “desde el comienzo de la época moderna se extiende sobre toda la temática la sombra del pensamiento antijudío de Lutero… que ha generado un ‘marcionismo’ seudo religioso que todavía no ha sido verdaderamente puesto en discusión. Considero que justamente en este punto hay presentes importantes posibilidades para un diálogo renovado con el judaísmo”.
En la carta al rabino Folger, Ratzinger no vuelve sobre la cuestión de la salvación de los judíos en el designio de Dios. Pero sí lo ha hecho en su escrito del 2017, en especial en este pasaje: “No sólo san Pablo escribe que ‘todo Israel debe ser salvo’, sino que también el libro del Apocalipsis, de san Juan, ve dos grupos de salvados: los 144 mil de las 12 tribus de Israel, y junto a éstos ‘una inmensa multitud que nadie podía contar’, como representación de los salvados de los paganos. Desde el punto de vista de la tradición neotestamentaria, esta perspectiva no es una realidad que acontecerá simplemente al final, después de muchos milenios. Por el contrario, es algo que de alguna manera está siempre presente”.
Presente come las dos Pascuas celebradas este año en los mismos días y con las respectivas “interpretaciones”, tanto de las “12 tribus de Israel” como de la “multitud” de creyentes en Jesús de Nazareth. En la esperanza de esa unidad “reservada a Dios al final de los tiempos”.
Publicado originalmente en italiano el 24 de abril de 2019, en magister.blogautore.espresso.repubblica.it/…/le-due-pasque-d…
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
A 92 años del nacimiento y a 6 de su renuncia al papado, Joseph Ratzinger está siempre muy activo. Pocos días después de la clamorosa publicación de sus “Apuntes” sobre el escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia Católica, sale a la luz otro texto inédito suyo, del que se conocía la existencia, pero que sólo ahora se puede leer por entero, en este libro editado por Elio Guerriero:
> Benedetto XVI in dialogo con il rabbino Arie Folger, “Ebrei e cristiani”, Edizioni San Paolo, Cinisello Balsamo, 2019.
www.edizionisanpaolo.it/…/ebrei-e-cristia…
El texto que se ha hecho público ahora es la carta que el Papa emérito escribió al rabino jefe de Viena, Ariel Folger, en agosto del 2018.
El rabino Folger respondió esta carta el 4 de setiembre, con su carta también publicada en el libro.
Y a este intercambio epistolar le siguió el 16 de enero de este año una visita a Ratzinger, en su ermita vaticana, por parte del rabino Folger, del rabino Josh Ahrens, de Darmstadt, y de rabino Zsolt Balla, de Sajonia, miembro de la presidencia de la Conferencia de Rabinos Ortodoxos de Alemania.
“Fue una conversación intensa de una hora de duración”, comenta Folger en el prólogo al libro. “Encontré en él un pensador muy simpático y profundo al que le repugna el antisemitismo y el antijudaísmo en todas sus formas”.
Pero las cuestiones discutidas entre el Papa emérito y los rabinos no eran de poca importancia. Son desde siempre las más controvertida en la relación entre judaísmo y cristianismo: el Mesías, la Tierra prometida, la Alianza, el culto y los Mandamientos.
Ratzinger había discutido ampliamente estos temas en un escrito anterior de su autoría, entregado en el 2017 al cardenal suizo Kurt Koch, presidente de la Comisión vaticana para el Diálogo con el Judaísmo, y publicado al año siguiente en la revista teológica internacional “Communio”, en sus ediciones en alemán, en francés y en inglés (ésta última con el texto descargable en su totalidad) y por último en italiano, al comienzo del 2019, en la “Rivista di Vita Spirituale”.
Y a su vez este escrito de Ratzinger – con el título “Grazia e chiamata senza pentimento. Osservazioni sul trattato ‘De Iudaeis’” [Gracia y llamada sin arrepentimiento. Observaciones sobre el tratado “De Iudaeis”] – había seguido a un documento publicado en diciembre del 2015 por la Comisión vaticana presidida por el cardenal Koch, en el 50º aniversario de la Declaración “Nostra aetate” del Concilio Vaticano II.
En este documento, titulado “I doni e la chiamata di Dio sono irrevocabili” [Los dones y la llamada de Dios son irrevocables], se rechazaba ante todo, por parte católica, la llamada “teoría de la sustitución”, según la cual Israel, por haberse rehusado a reconocer a Jesucristo como Mesías, habría dejado de ser portador de las promesas de Dios, “sustituido” en esto por la Iglesia.
Además, se sostenía decididamente en ese documento que entre Dios y el pueblo de Israel perdura una “alianza jamás revocada”.
Ahora bien, a juicio de Ratzinger “ambas afirmaciones son fundamentalmente correctas, por muchos aspectos, pero imprecisas, por eso deben ser desarrolladas posteriormente en forma crítica”.
Y justamente todo su escrito del 2017 estaba dedicado a esta profundización. Que ha recibido rápidamente, después de su publicación en el verano del 2018, una tempestad de críticas por parte católica, especialmente por teólogos de lengua alemana, quienes reconocían en ese escrito “un peligro para el diálogo católico-judío” e incluso “la base para un nuevo antisemitismo”.
A uno de estos críticos, el teólogo de Wuppertal, Michael Böhnke, Ratzinger le contestó en la revista “Herder Korrespondenz” de diciembre del 2018.
Pero al mismo tiempo, por ese mismo escrito Ratzinger obtuvo interés y valoración en el campo judío, de lo cual se hizo expresión, entre otros, el rabino Folger, en un comentario publicado en “Jüdische Allgemeine” el 16 de julio del 2018, con el título interrogante: “Pericolo per il dialogo?”.
Es precisamente en respuesta a este comentario que Ratzinger escribió al rabino Folger la carta que ahora se hizo pública.
El libro editado por Elio Guerriero – durante veinte años director de la edición italiana de “Communio” y autor de una apreciada biografía de Benedicto XVI traducida en muchos idiomas – reúne esta secuencia de cartas y de documentos, entre los cuales tiene un lugar de gran relieve, por parte judía, también la Declaración del 2016 con el título “Tra Gerusalemme e Roma”, suscrita por las tres de las más importantes organizaciones religiosas judías: la Conferencia de Rabinos de Europa, el Consejo rabínico de América y el gran rabino del Estado de Israel.
Pero aquí basta citar los pasajes más sugestivos de la carta de Ratzinger de agosto del 2018. Comenzando por esta frase que ha sido recibida por Folger y por otros rabinos con calurosa aprobación y ha sido impresa en lugar destacado en la contraportada del libro: “En perspectiva humana este diálogo no llevará jamás a la unidad de las dos interpretaciones en el interior de la historia corriente. Esta unidad está reservada a Dios al final de los tiempos”.
Respecto a la esperanza mesiánica de Israel, escribe Ratzinger: “He intentado tomar ‘ex novo’ la totalidad de las promesas mesiánicas en su pluriformidad y de este modo comprender el ‘ya’ y el ‘todavía no’ de la esperanza en su íntima compenetración. La forma de espera mesiánica que se basa en la figura de David sigue siendo válida, pero limitada en su significado. La forma decisiva de esperanza para mí es Moisés, de quien la Sagrada Escritura dice que hablaba con el Señor cara a cara, como un amigo. Jesús de Nazareth se aparece a nosotros como la figura central de esperanza, porque está en una relación de tú a tú con Dios. A partir de esta nueva visión, el tiempo de la Iglesia aparece para nosotros ya no como el tiempo de un mundo definitivamente redimido, sino más bien el tiempo de la Iglesia es para los cristianos lo que para Israel fueron los cuarenta años en el desierto”.
En cuanto a la Tierra prometida, Ratzinger escribe que “el Estado de Israel en cuanto tal no puede ser considerado teológicamente como el cumplimiento de la promesa del territorio. En sí es un Estado laico”, pero que “tiene fundamentos religiosos totalmente legítimos”. En consecuencia, “considero que en la formación del Estado de Israel se puede reconocer en forma misteriosa la fidelidad de Dios a Israel”.
Por último, en cuanto a los mandamientos y al culto, Ratzinger escribe que “desde el comienzo de la época moderna se extiende sobre toda la temática la sombra del pensamiento antijudío de Lutero… que ha generado un ‘marcionismo’ seudo religioso que todavía no ha sido verdaderamente puesto en discusión. Considero que justamente en este punto hay presentes importantes posibilidades para un diálogo renovado con el judaísmo”.
En la carta al rabino Folger, Ratzinger no vuelve sobre la cuestión de la salvación de los judíos en el designio de Dios. Pero sí lo ha hecho en su escrito del 2017, en especial en este pasaje: “No sólo san Pablo escribe que ‘todo Israel debe ser salvo’, sino que también el libro del Apocalipsis, de san Juan, ve dos grupos de salvados: los 144 mil de las 12 tribus de Israel, y junto a éstos ‘una inmensa multitud que nadie podía contar’, como representación de los salvados de los paganos. Desde el punto de vista de la tradición neotestamentaria, esta perspectiva no es una realidad que acontecerá simplemente al final, después de muchos milenios. Por el contrario, es algo que de alguna manera está siempre presente”.
Presente come las dos Pascuas celebradas este año en los mismos días y con las respectivas “interpretaciones”, tanto de las “12 tribus de Israel” como de la “multitud” de creyentes en Jesús de Nazareth. En la esperanza de esa unidad “reservada a Dios al final de los tiempos”.
Publicado originalmente en italiano el 24 de abril de 2019, en magister.blogautore.espresso.repubblica.it/…/le-due-pasque-d…
Traducción al español por: José Arturo Quarracino