Cardenal Sarah: “Obediencia a los obispos es el principio seguro para no errar”
Hay una “necesidad urgente” de que los fieles vuelvan a las Misas, escribió el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en una carta datada el 12 de setiembre, dirigida a los presidentes de las conferencias episcopales.
Sarah diuye esta urgencia con el agregado: “tan pronto como las circunstancias lo permitan”, en el que “circunstancias” significa el sometimiento a políticas anti-Iglesia.
El cardenal repite la perogrullada que una Misa en Internet no puede reemplazar una Misa real. Balbucea sobre el “gran sentido de responsabilidad” que mostraron los obispos que “colaboraron” con las autoridades civiles [anticristianas], “al punto de suspender durante un largo período la participación de los fieles en la celebración de la Eucaristía”, tal como Sarah lo pone.
Y: “Un principio seguro para no errar es la obediencia. Obediencia a las normas de la Iglesia, obediencia a los obispos”.
En una frase extensa Sarah defiende la Comunión en la lengua, diciendo que los fieles tienen el derecho de “recibir el Cuerpo de Cristo y adorar al Señor presente en la Eucaristía en la forma prevista, sin limitaciones que van incluso más allá de lo que está previsto por las normas de higiene emitidas por las autoridades públicas o los obispos”.
Imagen: © Mazur, CC BY-NC-SA, #newsEunnsbwvak
Sarah diuye esta urgencia con el agregado: “tan pronto como las circunstancias lo permitan”, en el que “circunstancias” significa el sometimiento a políticas anti-Iglesia.
El cardenal repite la perogrullada que una Misa en Internet no puede reemplazar una Misa real. Balbucea sobre el “gran sentido de responsabilidad” que mostraron los obispos que “colaboraron” con las autoridades civiles [anticristianas], “al punto de suspender durante un largo período la participación de los fieles en la celebración de la Eucaristía”, tal como Sarah lo pone.
Y: “Un principio seguro para no errar es la obediencia. Obediencia a las normas de la Iglesia, obediencia a los obispos”.
En una frase extensa Sarah defiende la Comunión en la lengua, diciendo que los fieles tienen el derecho de “recibir el Cuerpo de Cristo y adorar al Señor presente en la Eucaristía en la forma prevista, sin limitaciones que van incluso más allá de lo que está previsto por las normas de higiene emitidas por las autoridades públicas o los obispos”.
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