La segunda carta va sin respuesta: ¿De qué tiene miedo Francisco?

La palabra de Dios es Muy Clara y no admite tergiversación. NADIE tiene autoridad para cambiar lo que Dios ha dispuesto respecto al matrimonio y al adulterio. Los divorciados vueltos a casar No han sido rechazados por la Santa Iglesia, pero en cumplimiento a las Divinas Enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, NO SE LES DA LA SAGRADA COMUNIÓN porque de recibirla en ese estado de pecado estarían recibiendo al mismo tiempo su condenación.

Amoris laetitia es muy clara en su doctrina y se la interpreta conforme a las enseñanzas de Cristo sobre el matrimonio y las enseñanzas de la Iglesia.
Aquí particularmente, se pidió discernir la situación de personas que viven en una unión no regular, es decir no según la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y se pidió ayudar a estas personas a encontrar un camino para una nueva integración, según las condiciones de los sacramentos y del mensaje cristiano del matrimonio.
Las explicaciones por tanto no fueron necesarias en su oportunidad. Estos Cardenales, tuvieron derecho de escribir una carta (los de la duda) al Papa, pero no haciéndolo como lo hicieron de manera pública, casi obligándolo a decir si o no.
Eso no fue de gustarle a muchos, porque fue como un daño para la Iglesia discutir estas cosas públicamente, incluso hasta una posible corrección fraterna al mismo, porque no se trato de un peligro para la Fe.
Ahora que vengan demandando un audiencia con el mismo objeto lo veo...