Francisco quiere cancelar la Misa Romana
Según él, Francisco quiere restablecer en toda la Iglesia conciliar el Novus Ordo como “una oración única e idéntica que exprese su unidad”. Sin embargo, esta afirmación contradice la realidad. Desde el principio, el Novus Ordo no se ha desarrollado como una “oración única e idéntica”, ni siquiera como un rito, ya que cada sacerdote del Novus Ordo sigue su propio capricho litúrgico, y los Papas y obispos lo han ido aceptando constantemente.
Contradiciendo a Benedicto XVI, Cupich alega que “no hay dos formas del Rito Romano”. Su argumento es que la palabra “reforma” significa “que dejamos atrás una forma anterior de celebrar los sacramentos y adoptamos una forma nueva”. Esto también es erróneo, primero, porque la Eucaristía de Bugnini no se llama “reforma” sino “Nuevo Rito” [en oposición al Rito Romano], y segundo, porque el Novus Ordo nunca se desarrolló como una “forma” sino como un caos litúrgico.
Revelando su mentalidad legalista, Cupich compara la introducción del Novus Ordo con la introducción del Código de Derecho Canónico de 1983 y el Catecismo de 1993. No entiende que las leyes positivas dadas por un gobernante son algo diferente a un rito litúrgico o a la doctrina de la fe, que no tienen fecha de caducidad como un queso de molde.
Hay que decirle a Cupich que el Catecismo de 1993 no “dejó atrás” la Fe para inventar una nueva, ni es posible inventar un “Novus Ordo” que pueda “invalidar” el rito original.
Imagen: Blase Cupich © Mazur, CC BY-NC-SA, #newsMouxmoedzc
