Quizás nunca vuelva a Roma. El cardenal de Hong Kong, Joseph Zen, de 88 años, dijo el 2 de octubre al sitio web NcRegister.com: “Mis piernas no funcionan tan bien para estos viajes largos”.
Zen estuvo en Roma hasta el 27 de setiembre, tratando de hablar con Francisco sobre el próximo obispo de Hong Kong, pero Francisco no le recibió. Ahora, Zen dice que no se puede hacer nada más que rezar.
Si el Vaticano designa a un obispo pro-Pequín para Hong Kong, el “trabajo de Zen está terminado”, afirma. Su “último acto de protesta” será “desaparecer con todos sabiendo por qué”. Pondrá en su testamento "que mis huesos no descansarán en la catedral. No seré enterrado con esos hombres”. En vez de ello, prefiere descansar en un cementerio con los simples fieles del pueblo de Dios.
Comentando el Ángelus del 19 de julio, cuando Francisco no leyó un texto sobre Hong Kong previamente distribuido a los periodistas, Zen dio tres posibles razones de por qué Francisco actuó así: o bien fue una decisión …Más