La revista oligarca Espresso.Repubblica.it publicó detalles del pedido para asistencia legal que el Vaticano envió a Suiza hace un año.
Allí se afirma que había una “conspiración criminal contra la Santa Sede”, y presenta a Enrico Crasso, de 72 años, como el pivote del sistema.
El italiano Crasso posee también un pasaporte suizo, en consecuencia no puede ser extraditado al Vaticano.
El Vaticano no puede especificar la cantidad de comisiones que él acumuló durante treinta años. Espresso presenta a Craso como un hombre que graba todo.
Aunque la Secretaría de Estado fue advertida, continuó poniendo su confianza en él, escriben los fiscales.
Según Espresso, Crasso abandonó recientemente la junta de al menos tres compañías en las que la Secretaría de Estado invirtió dinero.
Es obvio que la fiscalía vaticana entrega su material a los medios de Repubblica.it, propiedad de (Eugenio Scalfari), mientras que la defensa informa a Corriere.it.
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